Un obrero griego ha resultado ser el cerebro de un robo de película en el que eligió casi al azar su botín, un cuadro de Picasso titulado «Cabeza de Mujer», que ha sido recuperado por la Policía nueve años después.
Podría haber sido un delito perfecto. Entrar a la Galería Nacional de Atenas y coger varias obras de arte sin ser interceptado, sin dejar huellas, en pocos minutos.
Sin embargo, el tiempo y la dificultad para vender en el mercado negro un cuadro de tanto valor han permitido a las autoridades recuperar, aunque tarde, dos de las obras robadas.
«No quería vender el cuadro, lo hice por pasión al arte», aseguró el hombre tras ser llevado a comisaría.
Aunque los medios locales afirman que no se trata de un coleccionista al uso, el presunto ladrón ha afirmado que el único motivo para el robo a uno de los principales museos de Atenas fue poder poseer una gran obra de arte.
Precisamente cuando, hace unos meses, la Policía griega dio las primeras indicaciones en años de haber encontrado una nueva pista resaltó que «Cabeza de Mujer» brillaba por su ausencia en el mercado negro, lo que podía indicar que aún seguía en el país.
Desde el momento del robo los expertos destacaron la gran dificultad de transportar al extranjero o poder vender una obra tan buscada, de un autor sumamente conocido y reconocible.
EFE