Margarita Quiroz
El domingo, miraba en la televisión uno de los capítulos de la nueva temporada de la serie La Ley y el Orden: relataba los efectos económicos y emocionales que la covid- 19 provocó en una mujer emprendedora, propietaria de un popular restaurante en la ciudad de Nueva York. Una triste escena, vista en la pantalla chica, pero que hoy es la vida real de muchos en el mundo.
Vemos como la covid entra a la Gran Manzana, la acorrala, como lo hizo con el mundo. La mujer se ve obligada a cerrar el restaurante, su esposo, músico de profesión, tiene un año ‘sin dar un golpe’, su hijo abandona los estudios en la universidad, tras el cierre y, como el joven se resiste enjaularse, lleva el virus a la casa, contagia a la madre de la joven señora y fallece.
Ahí es cuando inicia el estallido de los efectos emocionales de la covid en la mente de esta mujer. Sus pensamientos se debaten dentro de una inexplicable disyuntiva: lo que está pasando y sus exigencias por querer seguir viviendo una vida ‘normal’.
El duelo por la muerte de su querida y conciliadora madre, a quien no pudo despedir, aderezado por todas las situaciones antes explicadas, la convirtió en otra persona.
De madre e hija amorosa, esposa comprensiva y buena empleadora se convirtió en una mujer descontrolada emocionalmente y violenta que se refugió en el alcohol como medio de escape a una situación que nadie esperaba.
Se separó de su esposo y junto a él botó a su hijo de la casa, con la terrible acusación de haber matado a su madre, se vio obligada a despedir sus 40 empleados y el día que fue citada por el agente inmobiliario, que le alquiló el local, para que le entregara tomó una pistola y lo mantuvo como rehén, en gran parte de la trama, un hombre, hipertenso, diabético y, quien por demás, solo cumplía órdenes.
La señora se aferró a la idea de que lo de la covid era algo pasajero, y ver su restaurante nuevamente lleno de clientes se limitaba tan solo «a la llegada de la vacuna».
Rebeca, era el nombre de este personaje, representa a muchas personas, hombres y mujeres. A madres solteras, viudas, divorciadas y demás… que tras la llegada de esta pandemia lo han perdido todo, hasta el juicio. Es hora de reflexionar en este sentido y aprender a cuidar de nosotros mismos, buscar ayuda, si es necesario.
Esta señora era como muchas mujeres en el mundo, la jefa de familia, pese a tener un marido, quien llevaba el mayor aporte económico a casa, la carga más pesada, la que resolvía todo. La dueña y señora de la varita mágica…
La Policía de Nueva York pudo controlar la situación, nadie salió herido. Como estrategia pidió al hijo que apareciera, le dijo que la amaba y la desesperada madre entró en razón.
La sargento a cargo de la operación policial, Olivia Benson, interpretada por la brillante actriz Mariska Hargitay, la conoció unos 20 años atrás, por rutina comía en el restaurante. Ese día, iba hacer lo propio, lo encontró cerrado, acordonado por agentes policiales, y dentro lo descrito.
«Tu ha sido todo en tu familia, la mujer fuerte, trabajadora, la que ha estado pendiente de todo y todos. ¿Y… a ti, quién te cuida?», preguntó la sargento.