Petra Saviñón Ferreras
Una de las cosas más lindas de vivir en democracia, aunque solo sea en una cuestionable, es poder usar la palabra y si podemos cuestionar aún queda libertad.
Es fácil encasillar a la gente entre los que están a favor o en contra, quien es no está conmigo… Esto es más sencillo que analizar, que sopesar si las opiniones vertidas sobre un tema tienen asidero.
No importa quien las plantee, lo que vale es si son ciertas o infundadas , aunque claro, hay verdades dichas con propósitos perversos y está mal, muy mal pero eso no les quita veracidad ¿cierto?
Con los cambios de gobierno vienen las expectativas, el anhelo de más progreso de los que quieren que el país siga a flote y mejore más y más y mássss o sea de los sensatos.
La asertividad que requiere el Estado es esa que lo defienda de cualquier osadía que le lancine (malversación del erario, envuelto en corrupción, elitismo, privilegios irritantes, que fomentan la desigualdad)
Debe contar con ciudadanos probos, listos para respaldar las buenas causas y desaprobar las lesivas, sin reparar en amigos o enemigos.
Es esa gente la que construirá una nación más fuerte, más sana, porque estará ansiosa de justicia, no de venganza y esto implica, actuar contra los contrarios y contra los suyos cuando amenacen esta patria ya tan maltratada.
Mantengo mi pregunta del artículo anterior ¿Cómo tomarán los defensores de este gobierno, que ya casi sale, la gestión buena del próximo?
¿Cómo asumirán los que apoyaron de forma pública a estas nuevas autoridades sus acciones negativas?
Su actitud marcará la diferencia y nos recordará que todos somos dominicanos y queremos lo mejor para este pobre pueblo o solo para nosotros mismos.