Rosa Francia Esquea
Es un privilegio contar entre mis amistades a la familia Mancebo Vásquez, integrada por Manuel y Alma; y sus hijos Manuel, Ernesto y Clara María.
A la primera que conocí fue a Alma, quien dirige una escuela de artes; los alumnos siempre participan en concursos de pintura y por lo regular se llevan la mayoría de los premios.
Su hijo Manuel siempre obtenía los máximos honores, pues tiene una aptitud extraordinaria para esa disciplina en la que Ernesto no se queda atrás.
Ernesto también tiene una voz de ángel; primero lo escuché con los cantos del colegio y luego él mismo fue hurgando en las redes e incorporando temas a su repertorio; eso lo ha ayudado también con la entonación.
Y Clara María desde los dos años lo acompaña; él fue su primer maestro. Luego ella se hizo famosa al conquistar las redes sociales con una canción que le grabaron y llegó a alcanzar millones y millones de reproducciones y de “likes”.
Eso trajo como consecuencia que traspasara las barreras de su país y haya sido invitada a programas internacionales como “Al rojo vivo”, “Grandes chicos”,
“Siempre niños”, “Que noche” y en otros de producción local como “Mil historias” y “Aquí es la noticia”; desde año pasado Clara y Ernesto sirven de soporte al segmento “Pequeños grandes talentos” del Show del mediodía.
Actualmente, estos niños reciben clases de canto con Marianela Sánchez, y de instrumentos musicales en Estudio Diná; participan en los coros de la iglesia y de su colegio. La niña también es alumna de modelaje y refinamiento en la escuela Nereyda Bravo. Quizás en
demasiado, pero ellos lo disfrutan, están felices y no han descuidado sus estudios.
Algo que me llena de satisfacción es que ya interpretan canciones adecuadas para su edad, e incluso escuché a Iván Ruiz, productor del Show del mediodía, decir que está trabajando para que ésas sean las canciones con las que participen los niños en su concurso.
Realmente, la Mancebo Vásquez es una familia de artistas; además de pintora, Alma es diseñadora de modas y Manuel, su esposo, también cultivaba el canto y la pintura.
Pero lo más hermoso de todo son los valores morales que tiene esta familia. ¡Qué bueno que son mis amigos!