Un documental que está preparando la BBC se informa de un detalle desconocido de las joyas de la corona. Se revela cómo fue que se decidió ocultar las preciadas joyas durante el ataque Nazi en la Segunda Guerra Mundial, en un lugar para muchos poco imaginado.
¿Lo más interesante? La reina, que estuvo en el Castillo de Windsor durante la Segunda Guerra Mundial por su seguridad, no conocía todos los detalles sobre dónde estaban escondidas las joyas. Entre los tesoros más importantes incluía “El Rubí del Príncipe Negro” que se cree que fue usado por Enrique V en su casco en la Batalla de Azincourt en 1415.
La historia pudo conocerse gracias a unas cartas de Sir Owen Morshead, bibliotecario real, hacia la Reina Mary –madre del Rey George VI-.
Las órdenes vinieron del Rey George VI, quien indicó que para mantenerlas a salvo se debía guardar las joyas en una caja de galletas para después enterrarla bajo una de las salidas ocultas del Castillo de Windsor.
En las epístolas se describe a detalle que el ocultar las joyas no fue tan sencillo, no solo se enterró la caja, sino que se pusieron puertas de acero e incluso una puerta falsa para evitar que alguien pudiera llegar a ellas. Y algo también importante cómo lograron mantener en secreto el escondite.
Así de sencillo fue el refugio de piezas irremplazables como el Black Prince’s Ruby de la Imperial State Crown que durante la Segunda Guerra Mundial fue llevada de Londres a Berkshire por miedo a que cayeran en manos del enemigo.