Margarita Quiroz
Doña Mary partió de este plano terrenal a los 98 años. Su familia ha decidido realizar las honras fúnebres de manera privada, más adelante informará la fecha del oficio religioso para quienes deseen asistir.
Tal vez muchos de las recientes generaciones desconozcan quién fue la señora Mary Pérez de Marranzini; para tratar de hacer una justa referencia, se trata de la mujer que dio rostro a la Asociación Dominicana de Rehabilitación, fundó un 3 de abril de 1963, y quien, a través de seis décadas, entregó su vida, esfuerzo y amor al servicio de muchas personas carenciadas económicamente y que por contrariedades del destino sufrieron o nacieron con alguna discapacidad.
Doña Mary, partió de este plano terrenal a los 98 años, ya estaba en casa, por algunos quebrantos de salud, pero su corazón late en cada uno de los centros que habilitó en todo el país.
Su familia ha decidido realizar las honras fúnebres de manera privada, más adelante informará la fecha del oficio religioso para quienes deseen asistir.
Fue una mujer visionaria, adelantada para la época, que encarriló su vida al servicio social y a crear una obra de amor en beneficio de todo el país.
Una experiencia familiar la llevó a crear el primer centro y, desde allí, se produjo la expansión ante una fuerte demanda. Hoy día, ADR cuenta con 34 centros en todo el país, incluida la sede principal, ubicada en la calle Mary Pérez Viuda Marranzini, avenida Jhon F Kennedy y Leopoldo Navarro en el sector Miraflores en el Distrito Nacional, donde se ofrecen todos los servicios, que se reducen en: medicina de rehabilitación, educación especial e inserción laboral.
Madre de cuatro hijos, entre ellos el empresario y presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini. Fue precisamente Celso, quien contrajo polio en 1959 y quien motivó a doña Mery a dar forma a esta obra de amor.
«Con el corazón lleno de amor y gratitud, despedimos a Mary Pérez de Marranzini. Su luz, su ternura, su fuerza y su ejemplo nos acompañarán siempre», expresó su hijo Celso en las redes sociales.
«Su herencia perdurará para siempre. La fortuna que dejó fueron los millones de dominicanos que han pasado y seguirán pasando por Rehabilitación», continúo diciendo.