Margarita Quiroz
SAN CRISTÓBAL.- Cuando la Era, era, el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina se apropió por completo de la República Dominicana. Desde la más importante e imponente edificación hasta ‘las hojas de los árboles’ eran propiedad del tirano y, ni hablar de los dineros, vidas y acciones de los tres millones de dominicanos que, para esa época, habitaban la isla.
Es de esa forma, como Trujillo y sus adulones, en algunos casos, deciden construir en cada rincón del país una o varias casas con estilos arquitectónicos y finalidad diferente, pero con un aspecto en común: casi todas fueron construidas en cerros o elevaciones de terreno, con sus respectivos torreones de vigilancia ubicados a pocos metros de distancia, con el evidente propósito de denotar poderío y tener un panorama límpido de la zona donde eran levantadas.
En su natal San Cristóbal, Trujillo poseía más de siete casas veraniegas. Entre las más sonoras, por lo que se escenificó dentro, figuran la Casa de Caoba, el Castillo El Cerro, la casa de playa de Najayo o Casa de Marfil y la Hacienda María o Casa Blanca.
Otras no menos interesantes son la Casa Amarilla y Borinquen; la primera, según el historiador sancristobalense Tomás Espinal, perteneció a Diana Pratt, una de las amantes que Trujillo más respetó, y la segunda a la familia Michelén, pero que el dictador se la apropió.
Como bien cuenta Espinal, la Casa Borinquen fue levantada en una de las haciendas más bellas de San Cristóbal, hoy día en ella funciona la Escuela Nacional de Seguridad Ciudadana, Educación y Disciplina.
La Casa de Caoba
Indiscutiblemente, la Casa de Caoba fue la residencia campestre predilecta del Jefe. Está ubicada en el punto más alto de lo que fue la Hacienda Fundación, a poca distancia de la ciudad de San Cristóbal y del popular balneario La Toma.
Fue construida en 1940 por órdenes del dictador Trujillo en una superficie de 3.162 metros de construcción. Esta casa, de tres niveles, fue construida en tres etapas. La primera a cargo de la empresa Rodríguez Belgrado.
La caoba fue el elemento principal utilizado en su diseño, de ahí su nombre. No obstante se emplearon otras maderas preciosas, pero en menor proporción, tal es el caso del roble, el capá y corazón de paloma. Las paredes, los pisos y techos estaban revestidos completamente de madera.
En la segunda etapa se levantó una estructura de hormigón armado de estilo moderno que estuvo a cargo del ingeniero Manuel Antonio Caro Brito y los obreros del cuerpo de zapadores del Ejército Nacional.
En la tercera etapa se hizo una estructura lineal con arcos comprendidos de bigas y columnas de hormigón armado, que traen el recuerdo de la estructura de un puente. Esta última fue realizada por el ingeniero inglés William Roger, en tres niveles y un estilo barroco de madera.
De acuerdo al historiador Roberto Mojica, esta casa, en sus años de gloria, fue finamente amueblada en caoba y contaba con vajillas de plata y porcelana, grabadas con las iniciales del dictador: RLTM.
Además de las dependencias comunes de una casa, tenía un despacho u oficina, un cuarto de barbería, un gimnasio y un cuarto frío donde el tirano congelaba la carne.
La predilección del tirano por esta casa se mantuvo hasta el final de sus días, pues el 30 de mayo de 1961 se dirigía hacía allá cuando fue ajusticiado en la autopista Santo Domingo-San Cristóbal.
Después de la muerte, esta casa se mantuvo abierta al público como museo, hasta que fue afectada por el huracán David. A partir de ahí se inició un largo período de abandono y saqueo. En esta casa Trujillo tenía las pertenencias que más le agradaban: su ropa, zapatos, joyas, sombreros y el juego de plumas con el que firmó el cheque de la redención total de la deuda externa, el 19 de julio de 1947, por un valor de US$9.271.855.55.
Sobre esta casa la historia moderna recopila varios hechos. Se conoce de las tropelías que Trujillo cometía con sus amantes y las grandes fiestas que se amenizaban en su honor.
Hoy día, esta casa está totalmente deteriorada y nada de lo que allí había queda. Es custodiada por una familia bajo la ordenanza del Patronato de la Casa de Caoba, creado mediante la Ley 4487, del 3 de octubre de 1987.
Durante uno de los gobiernos de Joaquín Balaguer se ordenó su restauración, la cual está avalada por el documento de Nara sobre autenticidad, fechado en noviembre de 1994, pero fue paralizada por falta de dinero.
Fuente: Periódico HOY