Venecia, Italia.
EL pabellón de la República Dominicana en la Bienal de Venecia, se inauguró con el título de “Naturaleza y Biodiversidad”. Por primera vez, la
República Dominicana participa con un espacio propio, proyecto realizado por la Embajada Dominicana en Italia y el Ministerio de Cultura de la República
Dominicana, teniendo como Comisario al Arquitecto Eduardo Selman y como Curadora a Marianne Tolentino.
Las obras de los artistas Hulda Guzmán, Miguel Ramírez, Ezequiel Taveras, Darío Oleaga y Julio Valdez representan el país en esta manifestación artística de arte
contemporáneo, considerada como la más importante del mundo.
Fiesta en la Selva, pintura de Hulda Guzmán, recrea una “celebración entre animales y la fuerza agresiva de la selva, representando su carácter bondadoso y exuberante, a la vez que feroz y visceral, ambigüedad del ciclo de la vida”. Asistimos a la representación de la armonía energética de la naturaleza.
Las Terrenas, pintura de Julio Valdéz, recrea “una incertidumbre espacial, un sentido del tiempo todavía sin definir”. El artista recrea un “paisaje oceánico que es a la vez ilusorio y de ensueño, examinando imágenes del agua más allá de sus características físicas, como metáforas de conciencia y proceso creativo”.
Memoria de la Tierra, de Ezequiel Taveras, “replantea la memoria de la tierra a través de símbolos que funcionan a la vez semiótica y estéticamente, elaborando un
documento capaz de inmortalizar esa memoria, sobre todo ahora cuando se enfrenta un temible futuro en cuanto respecta a la preservación de la vida en el planeta. Los
símbolos , claves y letras ayudan a conectar el alma con su historia”.
Vida, díptico de Darío Oleaga, nos muestra “la biodiversidad, es decir, la naturaleza en su máximo esplendor, entendiéndose por naturaleza lo que está compuesto por
oxígeno y carbono, siendo éste el elemento esencial de todo lo vivo”.
“La interacción del color, las formas y las historias confluyen como una metáfora entre los sueños, la vida y la muerte”, “cuestionan las razones que están convirtiendo nuestro hábitat en un espacio incompatible con la existencia”.
– 2 –
Herbario, instalación de Miguel Ramírez, representa un” modelo de reservorio de
equilibrio y conservación, una metáfora visual y escénica que evoca la contemplación
de la convivencia ecológica entre natura endógena y civilización en progreso.
Herbario hace evidentes referencias visuales a construcciones de progresivos recintos
urbanos, y vestigios escultóricos de una oculta civilización antigua, resurgiendo de la
naturaleza”.