Marilyn Monroe, uno de los mayores mitos sexuales de Hollywood, cumpliría este 1 de junio, 93 años de edad. Bajo esa coraza de rubia despampanante y arrebatadora, se escondía una mujer frágil, producto de una infancia dura, de cuyos fantasmas nunca logró escapar.
Creció en hogares de acogida mientras su madre estaba internada en un centro psiquiátrico. Nunca conoció a su padre. Sufrió todo tipo de vejaciones y humillaciones. Se casó tres veces, pero nunca encontró la lealtad ni la cercanía de sus parejas.
Tras empezar a modelar en traje de baño, adoptó el apellido Monroe por ser el de la familia de su madre y se impuso el sobrenombre artístico de Marilyn en recuerdo de Marilyn Miller.
Poco podía imaginar por entonces que la sesión de fotos desnuda que hizo en 1949 alcanzaría un estatus legendario tras su publicación en las páginas de la revista Playboy cuatro años, lo que coincidió con el comienzo de su noviazgo con la leyenda del béisbol Joe DiMaggio. La relación no fue duradera.
Posteriormente se casó con el dramaturgo Arthur Miller, quien supo encaminarla y hacer que brillara como nunca en la actuación. Sin embargo se divorciaron en 1960.
A Marilyn también se le atribuyeron romances con los hermanos Robert Francis Kennedy y John Fitzgerald Kennedy.
Monroe es considerada popularmente como uno de los mayores iconos del Star-System hollywoodiense.
Norma Jeane Baker, nombre real de Monroe, murió en la madrugada del 5 de agosto de 1962 en circunstancias que han desatado todo tipo de teorías, desde el suicidio por su inadaptación e inestabilidad emocional, hasta un complot de asesinato por su conexión con las altas esferas, pasando por una muerte accidental causada por una inadecuada combinación de barbitúricos.