Crítica de cine
La mejor película de Spider-Man en el Universo Marvel es también un deseo cumplido para los fans con un Tom Holland más maduro y consagrado Spider-Man y, sobre todo, un homenaje a la figura de Peter Parker.
Spider-Man: No Way Home es el mayor fenómeno del año en el mundo del cine, en la era pospandemia, esa pizca de fe que detonará en un regreso masivo de los aficionados a las salas, al Universo Cinematográfico de Marvel, y de aquellos que en la década del 2000 iniciaron el amor por el Spider-Man en la gran pantalla.
Con unas salas que en 2019 triunfantes con aquellos Vengadores: Endgame convertida en acontecimiento.
Y aquí estamos ahora, dispuestos a relatar nuestras sensaciones sin recurrir a destripes argumentales, digiriendo una película que te habla de segundas oportunidades. Un sueño cumplido que es, ante todo, un gran filme de Peter Parker. Tom Holland ya es un verdadero Spider-Man.
Pocas películas han logrado emocionar tanto a tantas personas en este mundo como lo ha hecho Spider-man: No way home, esta que cierra el arco de la trilogía del trepa muros favoritos de todos y que tras 20 años en la gran pantalla emocionando y ganando adeptos que le vieron crecer con estas grandes sagas llevadas al cine por primera vez por San Raimi.
Spider-man: No way home es un homenaje a la figura de Peter Parker y al legado que estas historias han dejado a través de los años, trae devuelta a esos grandes villanos que nos emocionaron en 2002 con la saga de San Reimi y en 2012 con la de Marc Webb.
Esta unión de tres universo despertó una efervescente emoción, deseo, y especulaciones, además de una desenfrenada espera de los seguidores de este personaje a través de Marvel Studio y recupera el deseo de aquellos ya más mayores que disfrutaron del Spider-man de San Reimi y el de Marc Webb.
Esta producción es más seria que sus dos predecesoras, en las que Spider-man solo pensaba en divertirse, en esta conoce y comprende lo que significa tener una máscara, de la responsabilidad que conlleva tanto para él como para su familia y amigos.
La película cierra de una manera genial el arco argumental de Spider-man: Far far home donde la identidad de Peter es revelada y como este hecho desencadena toda la trama de esta nueva historia.
Darle fin a una saga de tres película que podrían convertirse en más, implica tomar decisiones arriesgadas, cumplir con el compromiso que tienen con nosotros los espectadores de transmitirnos que el tiempo no ha pasado en vano.
Pero lo más importante es cohesionar todo lo que pasó años antes con lo que pasa ahora.
Es ahí donde queda rota la fórmula, tras unos primeros treinta minutos de verdad ágiles, que te hacen percibir que esta película no busca repetir la fórmula superheróica de sus predecesoras y de otras que ya pertenecen al MCU de Marvel.
Spider-Man: No Way Home es un acontecimiento cinematográfico más relevante más allá que solo ver de nuevo en pantalla a Doctor Octopus, Duende Verde, Lagarto, Electro y el Hombre de Arena.
Jon Watts, desvinculado de las anteriores cintas, deja para el recuerdo escenas inolvidables; en especial unos 40 minutos finales que pasan como un suspiro.
En realidad, la película es rápida. No es perfecta, con motivaciones que conducen los primeros dos tercios de la trama que pueden no llegar a convencer, pero por suerte todo está ubicado como es debido y hay coherencia en la trama.
Solo al visitar las salas de cine sabrás la magnitud emotiva con la que carga esta película, no te pierdas ni permitas que te la cuenten.