Margarita Quiroz
El llamado a la tranquilidad se hace más que oportuno, por las víctimas de la tragedia, por nuestra dolida República Dominicana, por usted, y por los rescatistas, esos héroes sin capa que permanecieron durante 59 horas ininterrumpidas salvando vidas y rescatando cadáveres, y, que ante la magnitud de lo sucedido y el esfuerzo entregado, están cansados física y emocionalmente.
Hoy, Domingo de Ramos, inicia la Semana Santa, tiempo en el que históricamente nos convocan al llamado a la reflexión, al autoanálisis, al descanso espiritual, al reencuentro con la fe, con la creencia… y, nunca como ahora los dominicanos necesitamos de todo esto.
La tragedia en la discoteca Jet Set, ocurrida en la madrugada del martes 8, en la que el balance fatal ascendió a 221 muertos y 189, heridos -unos 410 afectados en total- ha sido una antesala a la Semana Mayor, de dolor, angustia, y lágrimas que nunca el pueblo dominicano olvidará.
República Dominicana se mantiene sumergida en un duelo colectivo, un dolor que no sabemos cuando pasará. La empatía, que nos caracteriza como nación, ante el dolor de los afectados directos, mantiene a ciudades y pueblos en un ritmo casi inactivo, una especie de somnolencia en el que el deseo es un despertar sin el lamento.
El lamento es mayúsculo, la tragedia involucra a personas de todas las clases sociales, profesiones, religiones, nacionalidades… familias que perdieron varios miembros, padres y madres, hijos, primos, amigos, compañeros de labores, íconos de la música, como Rubby Pérez, del béisbol como Octavio Dotel y Tony Blanco, de la moda como Martín Polanco… todos fallecieron, sepultados por los escombros del techo colapsado de una discoteca que para el país significaba un emblema. Mientras, en los hospitales, cientos de mal heridos libran su más fuerte batalla, la de preservar la vida.
Hoy, el llamado a la tranquilidad se hace más oportuno y necesario que nunca. Actuemos con prudencia, salga de su casa sólo a lo necesario, olvídese de gozo y la algarabía. Vivan una Semana Mayor en total recogimiento. por las víctimas de la tragedia, por nuestra dolida República Dominicana, por usted, por el personal de salud, y por los rescatistas, esos héroes sin capa que permanecieron durante 59 horas ininterrumpidas salvando vidas y rescatando cadáveres y, que ante la magnitud de lo sucedido y el esfuerzo entregado, están cansados física y emocionalmente.