Petra Saviñón Ferreras
Grato es saber que el Colegio Médico Dominicano propone al gobierno incluir las enfermedades mentales en el catálogo de servicios de las Administradoras de Riesgos de Salud y más mejor que las autoridades estén en esa tónica y más grandioso aún sería, que las prestadoras accedan y pronto.
La desgarradora situación de los enfermos y de sus familias debe mover a todos los actores del sistema a reparar en el abandono en el que mantienen sumidos a esos usuarios, víctimas de padecimientos que debieran ser primordiales en la cobertura.
Paradójico que tantos y tantos cotizantes con trastornos queden relegados de un servicio caro en cuanto a consulta y tratamientos, en una práctica inhumana e inentendible, tanto como la desprotección de los contribuyentes en general.
Así, aunque las ARS, que ya no son más aseguradoras, sean parte de una seguridad coja de la que es posible que obtengan pingues beneficios y lancinen a todos los afiliados, el drama de mayor supremacía lo arrastran los pacientes de males mentales, sin cobija ninguna.
De enfermedades de alto costo y de la reducida asignación para medicamentos a todos los cotizantes están llenos los reclamos en la Dirección General de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (Dida) y sin duda es desolador.
Pero insisto, nada como la ausencia de amparo a la salud mental, la más frágil y vulnerada, la que más debe mover a conmiseración, por los estragos que causa su deterioro. Los que tienen cerca a un afectado o lo han visto deambular comprenden.
Por esto, para volver al punto inicial, es agradable la intención del gremio de que sea incorporado ese servicio y ojalá que de paso, el Estado amplíe sus políticas de acercamiento para incluir acciones a favor de los que no cotizan, mas, igual cuentan como entes a cuidar.
Amén.