Margarita Quiroz
«La muerte es el único viaje donde nadie puede llevar a nadie, donde nadie te puede acompañar, la muerte es lo único real», dijo Ruddy al comunicador Michael Miguel Holguín.
Margarita Quiroz
Tras el trágico final de Rubby Pérez, el querido merenguero dominicano, de rostro sonriente, y que en el escenario celebraba la vida con su potente voz y melódico silbido, le recordamos con algunos detalles interesantes de su trayectoria y vida a manera de honrar a uno de los más dignos representantes del merengue, al hombre, padre y al dominicano ejemplar.
Pocos conocen que el nombre real de Rubby es Roberto Antonio Pérez Herrera; Fernando Villalona (El Mayimbe), quien le abrió las puertas a la música, al permitirle entrar a su orquesta, lo bautizó con este nombre artístico, para que no se existiera confusión con otro Roberto, (Roberto del Castillo) quien era parte de la orquesta como corista.
La noche que Fernando Villalona contrató Rubby se puede decir que fue reservada por el destino para que este merenguero iniciara su trayecto al éxito. Villalona anunció en el Show del Mediodía que si alguien podía hacer el coro de ‘La Tuerca’ (éxito de 1980 ) fuera a «La Esquina Caliente», donde se estaría presentando.
Ese día, Rubby andaba de serenatas con unos amigos de Haina (municipio de San Cristóbal, al sur del país, donde nació en 1956). Uno de los amigos tomó, sin permiso, el carro de su mamá, y lo llevó a Santo Domingo, alrededor de las 12:00 de la noche. Con la confianza plena en el talento del amigo y compañero de aventura le dijo: «esta noche te quedas en la orquesta de Fernando Villalona».

El aún Roberto, cuenta, que andaba mal vestido y con un hoyo en los zapatos. Pero, ‘decreto divido’, ahí comenzó todo. Fernandito pidió lo dejaran entrar y a manera de probar su capacidad como intérprete, pidió cantar varios merengues, el primero, ‘Marisela’ (Hijos del Rey, 1977).
Durante el velatorio del artista, quien falleció la fatal madrugada del martes 8 de abril, al colapsar el techo de la discoteca Jet Set, Fernando Villalona, lo calificó como: «su mayor orgullo, de todos los artistas que han pasado por su orquesta».
‘La voz más alta del merengue’
Su impresionante voz, altos registros y delicada dicción, siempre han sido elementos admirables por otros merengueros en Rubby. ¿pero ustedes saben quién lo bautizó como ‘La voz más alta del merengue’?
Fue el cantautor, conductor y productor televisivo, Raúl Grisanty, reveló, en una ocasión Rubby. Mientras, Grisanty trabajaba para Sabroshow, (programa de televisión que se transmitía en el desaparecido canal Rahitel, entre 1985 al 1887), le bautizó, sin menor equívoco. «Me escuchó cantando y dijo: no, no, no, tu eres la voz más alta del merengue», dijo.
El gran Juan Luis Guerra, al asistir a las honras fúnebre, manifestó, «Rubby era la voz más hermosa del merengue».

‘El sello de la muerte’
Este querido merenguero, quien falleció a los 69, en momentos en que pensaba en su retiro, ‘disfrutar de sus últimos días en una casita en la montaña, donde la brisa del mar le acariciara, junto a hijos y nietos’, también habló de la muerte: «Es el único viaje donde nadie puede llevar a nadie, donde nadie te puede acompañar, la muerte es lo único real. El dinero no le da vida a nadie, yo me volví loco con mí abuela, con mí mamá, me mudé para la clínica, para darle todo lo que necesitaban, porque pensé que no se iban a morir, hice todo. Pero lo que pasa es que tu vienes con un sello, tu comienza aquí y termina aquí, es ley de la vida, nacer, crecer, reproducirse y morir», contestó al comunicador Michael Miguel Holguín, en una entrevista.
Rubby Pérez fue un hombre familiar, gruñón, dicen quienes les conocían de cerca, conducta aprendida por su formación de casa, Su padre era un pastor evangélico, de ahí sus conocimientos bíblicos y rectitud en su conducta. De niño estuvo rodeado de mujeres, su abuela, madre y tía. Esta educación matriarcal le enseñó a rendirle respecto constante a la mujer.

La muerte de su esposa, a causa de un cáncer, hace apenas un año, lo sumergió en una gran depresión. Iris Lizardo, estuvo a su lado desde que él tenía siete años, estudiaron juntos. Eran muy amigos, terminaron de novios casaron, y procrearon cuatro hijos.
«Iris era muy buena en gramática y yo en matemáticas y nos intercambiábamos los exámenes», narró sonriendo en una entrevista para un canal de Venezuela.

Tuvo siete hijos, cinco hembras y dos varones. Las más conocidas Zulinka Pérez, corista de la orquesta y quien se encontraba con su padre en la presentación en Jet Set la madrugada de la tragedia, salvando la vida de forma milagrosa, y la más pequeña Ana Beatriz Pérez, procreada con la diseñadora de moda, Michelle Reynoso.

Otro detalle interesante en la vida de Rubby es que mientras vivía en Venezuela, donde es considerado un ídolo, probó como actor. Junto a la primera actriz venezolana Tatiana Capote actuó en una serie de la cadena Venevisión llamado ‘Romance Musical».
