Redacción elDigital
El padre Rogelio, quien fue expulsado, el pasado miércoles, por la Orden Salesiana se mantiene en pie de lucha, dice que tiene diez días para apelar la decisión y, mientras, seguirá oficiando misa y bautizando a niños pobres, aunque al quedar al desamparo de una congregación su estatus- como bien afirmó- es el de «un sacerdote vago».
El controversial sacerdote explicó que pese a su expulsión continúa siendo sacerdote debido a que ese es un sacramento o sello espiritual que le acompañará siempre.
«Ahora es que esto comienza» dijo este sábado Rogelio a la periodista Nuria Piera. Explicó que procederá a defender sus derechos a través de un juicio canónico y que éste se puede tomar hasta dos años. Para su defensa, explicó, necesitará de un abogado especialista en derecho canónico.
«A mí me estaban mandando para Antioquia, Colombia, donde ya no hay guerrilla pero sí narcotráfico, ahí envían los sacerdotes que han cometido actos de homoxesualidad, han robado… y yo no soy homoxesual ni he robado, se me acusa de desobediencia. Yo, simplemente, he querido preservar mi vida y eso es lo que vamos a discutir en el juicio», informó.
El pasado miércoles la Congregación Salesiana expulsó al padre Rogelio por haber faltado al voto de obediencia que hizo al ser ordenado en esa comunidad cristiana.
De acuerdo a los cánones 696 y 697 del Código de Derecho Canónico un miembro puede ser expulsado de una orden religiosa por “la desobediencia pertinaz a los mandatos legítimos de los Superiores en materia grave; y otras causas de gravedad semejante, que puede determinar el derecho propio del instituto”
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