Margarita Quiroz
En la República Dominicana se registran cada año cerca de 20 mil agresiones a personas por parte de animales, el 98% son perros, el país tiene en los hospitales vacunas suficientes para personas y caninos
La República Dominicana junto a Bolivia, Guatemala y Haití conforman los cuatro países de América Latina y el Caribe donde la rabia canina sigue activa. El país despidió el año con cuatro casos de muerte por rabia humana, tres niños de Pedernales y una mujer de Santiago, sin embargo, en el 2017 no se produjo ni un sólo caso, según los Indicadores Epidemiológicos de Enfermedades y Eventos Bajo Vigilancia Especial, que registra la Dirección General de Epidemiología (Digepi).
La mayoría de los países de las Américas han eliminado la enfermedad. La rabia canina solo permanece endémica en Bolivia, Guatemala, Haití y República Dominicana, mientras que en Argentina, Brasil, Cuba, Perú, y Venezuela, se presentan actualmente casos localizados que representan el 10% del total, informa la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Protocolo médico
Especialistas explican que la razón por la cual en estos países se originan casos de rabia es por la falta de conciencia, educación y prevención. Como los síntomas iniciales son fiebre, dolor de cabeza y malestar general, los médicos tienden a confundirlo con un virus gripal.
Con el pasar de los días, inician otros síntomas más severos, pero ya se ha perdido tiempo. Se desarrolla una encefalitis (rabia furiosa, en 80%) o parálisis (rabia tonta, en el 20%). La encefalitis produce inquietud, confusión, agitación, conducta bizarra, alucinaciones e insomnio. La salivación es excesiva y los intentos por beber producen espasmos dolorosos de los músculos laríngeos y faríngeos (hidrofobia). En la forma paralítica, la parálisis ascendente y la cuadriplejía se desarrollan sin delirio ni hidrofobia.
En hasta el 99% de los casos, los perros domésticos son responsables de la transmisión del virus de la rabia a los seres humanos, principalmente a través de mordeduras. Los niños, por su contacto cercano con los animales, son el grupo más vulnerable. En la región, los casos se concentran en la periferia de las grandes ciudades y en zonas de frontera, donde el acceso a la vacunación y a servicios de salud en limitado.
Cómo acabar con la rabia
La única forma de interrumpir la transmisión de la rabia es vacunando al menos al 80% de la población canina en las zonas endémicas. En la región de las Américas se vacuna a aproximadamente 100 millones de perros cada año. Sin embargo, en algunas áreas, la cobertura es inferior a lo recomendado.
Además, para eliminar la rabia humana de origen canino la OPS/OMS recomienda asegurar el acceso oportuno a la profilaxis pre y post exposición al 100% de la población expuesta al virus, así como mantener una alta vigilancia epidemiológica, sensibilizar a la comunidad, controlar la población canina e impulsar acciones para prevenir la reintroducción en países donde ha sido controlada.
La rabia es una encefalitis viral transmitida por la saliva de murciélagos y algunos otros mamíferos infectados. Los síntomas incluyen depresión y fiebre, seguidas por agitación, salivación excesiva e hidrofobia. El diagnóstico se realiza mediante pruebas serológicas o biopsia. La vacunación está indicada para la personas en alto riesgo de exposición.