La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, fue elegida hoy como la próxima presidenta de la Asamblea General de la ONU y se convertirá en la primera latinoamericana que ocupe el cargo.
Espinosa, que será la cuarta mujer que dirija la Asamblea en 73 años de historia, se impuso con claridad a la otra aspirante, la embajadora de Honduras ante Naciones Unidas, Mary Elizabeth Flores.
La ministra ecuatoriana obtuvo el respaldo de 128 de los 193 Estados miembros, mientras que Flores recibió el apoyo de 62.
Espinosa ocupará el puesto durante un año a partir del próximo septiembre, cuando reemplazará al actual presidente, el eslovaco Miroslav Lajcak.
«Agradezco profundamente el voto de confianza que hoy han depositado en el Ecuador para presidir esta Asamblea», dijo Espinosa en su discurso tras la votación.
La presidencia de la Asamblea General corresponde cada año a un grupo regional y la práctica habitual es que los países pacten una candidatura única, por lo que el órgano simplemente ratifica la decisión en una votación secreta.
En esta ocasión, sin embargo, el grupo de Latinoamérica y el Caribe no fue capaz de llegar a un acuerdo y las dos candidatas tuvieron que apurar hasta el último momento sus campañas.
La elección se produjo en medio de una clara división en Latinoamérica y generó un choque diplomático entre los dos países aspirantes, después de que Ecuador presentara el pasado febrero la opción de Espinosa.
Honduras llevaba años trabajando en su candidatura y defendía que Ecuador se había comprometido en 2015 a respaldar sus aspiraciones, algo que siempre negó el Gobierno ecuatoriano.
Ecuador propuso el pasado febrero a Espinosa como candidata, una decisión que llevó a Honduras a expresar oficialmente su «malestar y sorpresa» y a pedir que se retirara la postulación de la canciller ecuatoriana.
Aunque el voto en la Asamblea es secreto, algunos países latinoamericanos como Colombia o Brasil se posicionaron públicamente con Flores, mientras que otros como Venezuela respaldaron a Espinosa.
Como es habitual en la ONU, en las elecciones entraban en juego numerosos factores como alianzas políticas, intereses nacionales y cuestiones específicas de la agenda.
En este caso, una de las que pudo pesar en beneficio de Ecuador fue el conflicto de Oriente Medio, pues Quito mantiene una posición más cercana a los palestinos que es la mayoritaria dentro de la Asamblea General.
Honduras, mientras tanto, se ha mostrado más próximo a Israel y fue uno de los pocos países que mostró su respaldo al polémico reconocimiento de Jerusalén como capital israelí por parte de Estados Unidos.
Espinosa, de 53 años, cuenta con una amplia experiencia política y diplomática, habiendo sido responsable de Exteriores de su país en dos etapas y ministra de Defensa.
Además, conoce bien Naciones Unidas, pues fue representante permanente de Ecuador ante la organización (2008-2009).
Este martes, dedicó su elección «a todas las mujeres del mundo que hoy participan en política, que se enfrentan a los ataques políticos y mediáticos marcados por el machismo y la discriminación».
Además, quiso rendir «un homenaje especial» a las mujeres que luchan por acceder a trabajos en igualdad de condiciones, a las víctimas de la violencia y a las mujeres y niñas que demandan acceso a información y educación de calidad.
«Mi compromiso estará siempre con ellas», dijo, subrayando su apuesta por que la ONU avance hacia la paridad.
Espinosa se comprometió ante los Estados miembros actuar como una «facilitadora imparcial, objetiva y abierta», que escuchará las posturas de todos los países, pero que también tratará de liderarlos para que tomen decisiones en los ámbitos más importantes de la agenda.
Entre otras cuestiones, señaló entre sus prioridades las políticas de migración, de desarrollo y de clima y defendió la necesidad de que Naciones Unidas siga avanzando en su proceso de modernización y reforma.
Fuente: EFE