Petra Saviñón Ferreras
Que la mujer decida es un lema enarbolado tanto para el aborto por las tres causales como para el bautizado con el erróneo nombre de libre.
Sin embargo, en el caso de abortar por razones como peligro de la vida de la madre, imposibilidad de vida extrauterina y violación sexual, esa gestante requiere información, conocer las alternativas sobre las que decidirá, sopesar todos los ángulos de su situación, sobre todo, desde la ciencia médica.
Así, debe manejar con detalles cuáles son las enfermedades que ameritan descontinuar el embarazo mediante aborto para proteger su vida, estar consciente de si de verdad existen.
Por ejemplo, una de las patologías más puestas en el tapete es el cáncer. Sin embargo, los propios oncólogos aseguran que inducir a abortar no es porque la preñez signifique peligro para la mujer, sino porque el feto podría morir o recibir daños, lo que los mismos médicos aclaran no siempre ocurre.
Esto, claro, salvo el cáncer de cervix que indican es poco probable y cuando requiere operación conlleva extraer el útero, y en esa acción el especialista cuenta con protección legal.
Las estadísticas arrojan que la mayor cantidad de desembarazos tempranos ocurre por problemas de hipertensión, después de las 20 semanas y el procedimiento es cesárea, no aborto, para dar así a la criatura la posibilidad de vivir.
En cuanto a que el feto no sobrevivirá fuera del útero, igual la embarazada necesita saber que es una posibilidad, porque los fallos en los diagnósticos dejan un margen de duda.
Por tanto, no es lo mismo decirle a una mujer -olvídate de eso, que no va pa´ ningún lao- como hicieron con María López Rojas en la Maternidad de la Altagracia, que darle una orientación apropiada que de verdad le permita optar.
En la causal más espinosa, la de violación sexual, del mismo modo la preñada necesita guía, apoyo y jamás debe ser presionada a decidir.
Así ni las sugerencias para parir el niño ni para abortarlo deben tener cabida, porque aunque parezca extraño, la mujer que concibe por violación puede albergar afecto por esa criatura y las presiones no deben ser las que impulsen su decisión.
Es fundamental que reciba asistencia en salud mental desde el momento mismo del horrendo acto y conocer que podría enfrentar trastornos, sea lo que sea que elija.
Es obvio que aquí elegir será más una acción guiada por terceros, con mayor énfasis en el caso de las menores de edad y que esto es difícil evitarlo pero es bueno que la familia comprenda las consecuencias de forzar.
En concreto, lo más cardinal en las tres causales es que la mujer tenga a mano toda la información que le permita optar sin interferencias, sin manipulación. Por una verdadera y sana decisión.