El presidente francés Emmanuel Macron eliminó el miércoles un aumento al impuesto del combustible ante temores de nuevos actos de violencia, después de semanas de protestas a nivel nacional y los peores disturbios en París en décadas.
Manifestantes celebraban la victoria, pero algunos dijeron que la medida de Macron llegó demasiado tarde y que ya no es suficiente para apaciguar el creciente enojo contra su presidente, a quien consideran que desconoce los problemas de la gente ordinaria.
Macron decidió el miércoles “deshacerse” del impuesto planeado para el próximo año, dijo un funcionario de presidencia a The Associated Press.
El primer ministro Edouard Philippe dijo a los legisladores que el impuesto ya no está incluido en el presupuesto de 2019.
La decisión ha tenido impacto más allá de Francia, ya que el aumento al impuesto del combustible fue parte de los esfuerzos de Macron por reducir la dependencia de Francia a los combustibles fósiles a fin de disminuir los gases de efecto invernadero y desacelerar el cambio climático.
Su cambio de parecer es tanto un golpe a los esfuerzos generales en el combate al cambio climático como una advertencia a otros líderes mundiales que intenten hacer lo mismo.
Las protestas de los “chalecos amarillos” comenzaron el 17 de noviembre en contra del plan del gobierno de aumentar los impuestos al diésel y gasolina, pero una vez que Macron cedió después de tres semanas de violencia, los manifestantes ya exigían mucho más.
Muchos trabajadores en Francia están molestos por una combinación de bajos ingresos, altos impuestos y una elevada tasa de desempleo que ha dejado a muchos en apuros económicos.
El martes, el gobierno acordó suspender el aumento del impuesto del combustible durante seis meses, pero en lugar de tranquilizar a los manifestantes, provocó que otros grupos se unieran a las protestas con la esperanza de lograr concesiones a su favor.
Las protestas alcanzaron otra dimensión el miércoles, cuando los sindicatos comerciales y agricultores se comprometieron a unirse al movimiento.
Por la noche, mientras el Parlamento discutía el presupuesto de 2019, el gobierno de Macron cedió abruptamente. Philippe dijo que “el impuesto quedó abandonado” en el presupuesto de 2019 y el gobierno está “listo para dialogar”.
El presupuesto puede renegociarse a lo largo del año, pero dado el nivel de las recientes protestas, es poco probable que Macron retome la idea del impuesto del combustible en un futuro cercano.
Jacline Mouraud, una de las autoproclamadas voceras del movimiento, dijo a The Associated Press que la concesión de Macron “desafortunadamente, llega demasiado tarde”. “Va por el buen camino, pero en mi opinión no cambiará fundamentalmente al movimiento”, agregó.
Tres semanas de protestas han dejado a cuatro personas muertas, a cientos lesionadas y al centro de París saturado de autos calcinados y ventanas rotas.
La oleada de protestas y el extenso apoyo de todas las clases políticas han agitado al gobierno de Macron. En los últimos días, París fue centro de los peores disturbios antigubernamentales desde 1968; los estudiantes franceses prendieron fuego fuera de las secundarias para protestar el nuevo sistema de acceso universitario; los pequeños comercios bloquearon avenidas para protestar los elevados impuestos; y los jubilados marcharon para protestar contra elitismo percibido del presidente.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump publicó en Twitter que la decisión de Macron de retrasar el aumento al impuesto del combustible indica que el líder francés no cree en el acuerdo climático global de París 2015.
Trump tuiteó mientras miles de expertos en clima se reúnen en Polonia para resolver las responsabilidades nacionales en el combate a la reducción de emisiones y la desaceleración del calentamiento global.