El panel Una isla y dos Naciones: República Dominicana y Haití, arrojó conclusiones de cómo buscar soluciones a la creciente crisis diplomática entre los Estados por la disputa del río binacional Masacre o Dajabón.
Convocados por el presidente del grupo de medios El Demócrata, Francisco Tavárez, participaron en el panel el periodista haitiano Jean Garris Denis; el ex jefe del Ejército de la República Dominicana, Jorge Radhamés Zorilla Ozuna; el diplomático Marino Berigüete y el estratega en comunicación Fernando Quiroz.
Las discusiones en el encuentro Una isla y dos Naciones: República Dominicana y Haití se centraron en cómo ambas naciones pueden encontrar soluciones mutuamente beneficiosas en medio de tensiones geopolíticas y la necesidad de mantener la paz en la isla compartida.
Sin embargo, al calor de los debates, el periodista haitiano Jean Garry Denis calificó de arrogante la decisión del presidente Luis Abinader de cerrar y militarizar la frontera, como respuesta a la construcción de una canal en Haití que desvía agua del río Masacre.
“Nosotros en Haití vemos el despliegue militar dispuesto por el presidente Abinader como una arrogancia. Esa es mi posición con respecto a este tema”, precisó al interactuar de manera virtual. Dijo que el uso del río Masacre es un derecho justo de Haití, y que la construcción de un canal de un metro de ancho no pone en peligro su cauce.
De su lado, Zorrilla sostuvo que la frontera entre Haití y la República Dominicana no se encuentra en estado de guerra, sino que el gobierno dominicano ha adoptado medidas preventivas. Observó como provocador que la construcción del canal no se haya detenido, y que le tengan fecha de inauguración en noviembre.
El diplomático Berigüete acentuó que el diálogo es fundamental en la diplomacia y debe ser el primer canal de comunicación en cualquier país del mundo.
En tanto, Quiroz sugirió un enfoque más efectivo en el manejo de crisis comunicacional por parte del gobierno dominicano, sustentado en tratado firmado y los estudios técnicos en uso de agua y manejo medio ambiental.
Al introducir el panel, Tavárez lamentó la tensión durante más de dos semanas entre las repúblicas, lo que ha llamado la atención en el mundo.
Manifestó que el panel procura hacer aportes que contribuyan a la solución de esta crisis diplomática, desde las perspectivas académica, social, militar y política.
Se respondieron a preguntas sobre el rumbo del conflicto, las decisiones del gobierno dominicano, la reacción de Haití, la intervención solicitada a la ONU y la respuesta del pueblo haitiano. También se exploró el apoyo a las próximas decisiones del presidente Abinader.
Denis: Canal es derecho de Haití
Denis criticó lo que denominó el alineamiento de la diplomacia dominicana con las posiciones de potencias extranjeras como Estados Unidos, Francia y Canadá, que considera perjudiciales para Haití.
Esas potencias, recalcó, quieren resolver el problema de Haití, pero sin los haitianos con las propuestas dibujadas en las oficinas de Washington, de París y de la OEA.
Específicamente se refirió al “Core Group”, agrupación de embajadores y jefes de misiones de organizaciones internacionales que se autodenominan Países Amigos de Haití.
Denis afirmó que el desarrollo de Haití no es contrario al nacionalismo dominicano. Después de Haití, señaló, la República Dominicana debe ser quien mayor interés tenga por el desarrollo de su país. Consideró que los dos países tienen que abordar en conjunto los temas de interés, rumbo al futuro, porque comparten una isla. Reconoció los problemas institucionales de su país, y se definió como un oponente del gobierno de allá, al que calificó de corrupto, mientras las organizaciones criminales hacen daño a la sociedad, y puso como ejemplo que solo el lunes mataron a 11 personas en un pueblo histórico.
Destacó que la movilización popular en Haití es una expresión de la población que busca soluciones a sus problemas, y no una acción del gobierno haitiano ni de las bandas armadas.
Propuso que figuras como el ex presidente Hipólito Mejía, quien dijo tiene aceptación positiva en Haití, y el ex presidente Leonel Fernández, puedan desempeñar un papel positivo en la facilitación del diálogo entre ambas naciones.
Zorrilla: La frontera no está en guerra
Zorrilla proporcionó una descripción detallada de la ubicación de la frontera y matizó la importancia de los puntos de mercado binacional, donde productos de primera necesidad son comercializados entre ambas naciones. Sin embargo, señaló que el cierre de la frontera está generando desafíos significativos tanto para los dominicanos como para los haitianos, pero rechazó arrogancia, porque el presidente convocó a diálogo en la Cancillería y presentó la oportunidad de que reevaluaran la medida.
El ex jefe del Ejército compartió su preocupación por la difícil situación e inestabilidad en Haití, subrayando la influencia de bandas criminales en ese país. Señaló que el país vecino carece de un gobierno efectivo, un Congreso y autoridades funcionales. Planteó la importancia de un diálogo sincero y constructivo entre Haití y la República Dominicana para abordar estos desafíos, pensando en el beneficio recíproco.
Destacó que la comunidad internacional, incluida la ONU, están ponderando intervenir para pacificar la nación vecina.
Zorrilla opinó que el desafío más grande que enfrentan ambos países es la difícil situación humanitaria en Haití. Subrayó que, aunque la frontera está cerrada, los dominicanos en la zona fronteriza también están sufriendo. Hizo un llamado a la comunidad internacional a prestar atención a esta crisis y trabajar juntos para encontrar soluciones efectivas.
Berigüete: Diálogo es fundamental
Berigüete, ex embajador dominicano en Paraguay, opinó que la construcción del canal en Haití no pone en riesgo la nacionalidad dominicana. No obstante, si entiende que viola el tratado de 1929 entre los dos Estados, pues no cuenta con la aprobación dominicana.
Compartió su experiencia de presenciar una convivencia pacífica entre el pueblo haitiano y la República Dominicana antes del conflicto actual. Insistió en que la coexistencia armoniosa entre ambas naciones es posible. Valoró la tradición de solidaridad del país con Haití, y su actitud de paz, porque nunca le ha intervenido, contrario ha hecho ese país con este lado.
El politólogo y diplomático abogó por un diálogo continuo y constructivo entre ambas naciones. En su opinión, ambas partes deberían ceder en beneficio de una relación de buena vecindad y respeto mutuo, pero no como ha hecho la diplomacia haitiana, que dice una cosa y hace otra. Hizo hincapié en que la economía de la República Dominicana depende en gran medida de su relación comercial con Haití y que el diálogo es esencial para mantener una convivencia pacífica.
Como un obstáculo a la aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, para un despliegue de una misión internacional en Haití, señaló el interés no complacido de China de construir un puerto en Manzanillo para completar la Ruta de la Seda, lo que hace más complejas relaciones geopolíticas.
Quiroz: Evitar sobreexposición del presidente
El periodista Quiroz recomendó evitar la sobreexposición del presidente Abinader en asuntos delicados como las relaciones dominico-haitianas para prevenir malentendidos.
Propuso que además del jefe de Estado, la Cancillería sea la principal portavoz y que los mensajes sean coherentes y respetuosos. También aboga por una comunicación regular a través de entrevistas, comunicados y embajadores para transmitir la posición de República Dominicana.
Alerta la importancia de mantener una comunicación consistente y evitar exacerbar ánimos, especialmente en las redes sociales, en interés de construir una relación armoniosa entre las dos naciones a pesar de las diferencias históricas.
Como un punto a favor del mandatario dominicano mencionó que ha visibilizado la problemática haitiana en los principales escenarios de toma de decisiones políticas del mundo.