Nelson Encarnación
La historia antigua que narra los constantes episodios bélicos librados en diferentes regiones del mundo de aquella época, recoge una frase que muchos la han atribuido al general Leónidas antes del inicio de uno de los más conocidos y mortíferos enfrentamientos: la batalla de las Termópilas.
El relato refiere que cuando a Leónidas le avisaron que el ejército del persa Jerjes era tan numeroso que sus flechas nublarían el Sol, el espartano dijo: “Cuanto mejor, pelearemos a la sombra”.
Sin embargo, el historiador clásico Heródoto de Halicarnaso refiere que en realidad quien pronunció la ocurrente frase fue un soldado de Leónidas llamado Diéneces, quien consideraba que las flechas no eran un arma honorable, pues evitaban el combate cuerpo a cuerpo que en realidad definía el coraje de los verdaderos guerreros.
¿A qué viene esta referencia a algo tan lejano como cuatro siglos antes de Cristo?
Se debe a que se ha hecho proverbial recurrir a esta cuando en una confrontación se presume a un oponente como superior, pero en realidad el adversario tiene ciertas ventajas no contempladas.
Aplatanada a nuestro ambiente electoral dominicano, la situamos en el afanoso empeño que se da en los partidos de la Liberación Dominicana y Fuerza del Pueblo, en cuyo caso —y contrario a lo que se pudiera deducir— esas imaginarias flechas proporcionarían una ventaja relativa al Partido Revolucionario Moderno.
Explicado en términos simples, un acuerdo entre el PLD y la FP significaría que el partido morado traspasaría al verde todas las inmundicias que la sociedad ha arrojado a la primera organización, cuya dirigencia todavía no ha expiado sus culpas o cree que no las tiene.
En este caso, el lastre peledeísta serían como los miles de flechas de Jerjes que carecerían de efecto electoral real, y permitirían al PRM “pelear a la sombra”, a partir de que esta formación pudiese atraer a importantes segmentos de electores que ahora mismo estarían inclinados a votar al presidente Leonel Fernández.
En resumen, y de manera empírica, uno sabe de decenas de personas que jamás votarían por el líder Fernández si apareciese en mancuerna con el sector contaminado del PLD.
Creo que mi apreciado amigo profesor Fernández tiene el suficiente olfato para detectar la adversidad, pues por algo él ha sido presidente tres veces y yo ninguna.