«Ya recibí el libro del Papa Francisco donde está mi poema Esperanza cerrando el libro», comentó el comediante cubano, radicado en Miami, Estados Unidos, en un audiovisual.
El poema del humorista cubano, Alexis Valdés, ‘Esperanza’ ha viajado el mundo entero regalando dosis de luz en medio de la incertidumbre que se vive por la pandemia del coronavirus. Incluso el propio papa Francisco se mostró emocionado tras leerlo, le comunicó al comediante su deseo de incluirlo en el cierre de su último libro titulado «Soñemos juntos».
Así lo dio a conocer Alexis durante una entrevista en el programa español Zapeando, de La Sexta, donde contó que desde el Vaticano lo contactaron para pedirle el poema y que el mismísimo papa Francisco habló con él por teléfono.
«Ya recibí el libro del Papa Francisco donde está mi poema Esperanza cerrando el libro», comentó Alexis Valdés en un audiovisual.
“Me llamó por teléfono del Vaticano el papa Francisco”, dijo Alexis todavía emocionado por la llamada. “Me llamaron del Vaticano diciéndome que el papa quería hablar conmigo, yo pensé que era una broma, pero era verdad”.
“Al final de la conversación me pidió que si yo le podía dar el poema para el publicarlo cerrando su nuevo libro, que saldrá en diciembre, y lo que cierra el libro es mi poema ‘Esperanza’. Me siento muy honrado con esto”, compartió.
El libro del sumo pontífice es una compilación de reflexiones en estos tiempos de pandemia y el poema ‘Esperanza’, de Alexis Valdés, cerrará con broche de oro.
Esperanza
Por: Alexis Valdés
Cuando la tormenta pase
y se amansen los caminos,
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.
Y no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Y no tendremos desidia
Seremos más compasivos.
Valdrá más lo que es de todos,
que lo jamás conseguido.
Seremos más generosos,
y mucho más comprometidos.
Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos.
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.
Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.
Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.
Y todo será un milagro
y todo será un legado.
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.
Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.