Manuel Díaz Aponte
¡Estamos vivos!, es una expresión que en cada amanecer se formulan millones de seres humanos alrededor del planeta.
Aunque el virus no distingue estratos sociales es evidente que los desamparados de las fortunas sufren más por carecer de condiciones mínimas en su diario vivir.
En hogares sin agua potable para lavarse las manos el riesgo de contraer el coronavirus es mayor. De ahí, que el aislamiento social es fundamental para reducir la propagación.
El apreciado colega y amigo Roberto Rodríguez Castillo plantea la tesis de que “la vida es un disparate y que el dinero al final no es la felicidad absoluta”.
En medio de esta pandemia he reflexionado al respecto no tan solo ante el impresionante número de víctimas, sino por el impacto económico que ya está provocando.
Yo mismo he permanecido en el hogar desde que se hizo la advertencia del aislamiento social, como forma de respetar las disposiciones de las autoridades y de protegerme al igual que a mi familia.
Y, desde luego, haciendo cosas útiles como escribiendo, ayudando en los quehaceres domésticos, ejercitándome y escuchando buena música con interpretaciones de la brillante soprano rusa, Aida Garifullina y el gran artista italiano Andrea Bocelli.
Ambos colocan nuestro cerebro en un remanso de espiritualidad, paz y de optimismo ante la vida.
La imagen de rostros con tapabocas esparcida por el mundo permite apreciar la vulnerabilidad del ser humano, del estrecho margen entre la vida y la muerte.
Queda entonces bien delineado que la prepotencia y soberbia de una persona que mira por encima del hombro a su semejante es además de estúpida, una debilidad y reflejo de un vacío existencial.
Por el otro lado, el coronavirus ha descubierto con claridad meridiana los dos mundos en que vivimos. La pobreza extrema y la obscena concentración de la riqueza.
El informe demográfico más reciente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), difundido a finales del 2019, dice que la población mundial es de siete mil 700 millones.
Sólo la República Popular de China tiene mil 400 millones de ciudadanos y La India 1.300 millones de habitantes.
Ambos países ubicados en la región de Asia concentran más de un tercio (1/3) de la población mundial, 37,01%.
Pandemia Vs. Pobreza. Queda al desnudo la terrible desigualdad en medio de una pandemia que estremece a la humanidad, tocando inclusive a los ricos.
Ahora bien, superada la emergencia sanitaria actual, ¿qué ocurrirá con la población mundial y sus instituciones?
Habrá una recomposición en el mundo con la aplicación de un modelo que se aproxime más a la gente, a sus problemas y necesidades y surgirá un nuevo liderazgo en las decisiones primarias donde la República Popular de China y Rusia jugarán un rol de primera magnitud.
Nadie subestima el poderío económico y militar especialmente de China convertida en la segunda potencia mundial. En cambio, los rusos con el liderazgo de Vladimir Putin adquieren preponderancia en el escenario global.
La impresión es que los chinos y los rusos estarían gestando una estructura de dominación global para enfrentar en el terreno que sea a Estados Unidos y aliados occidentales.
Incluso, en el propio Continente Americano y obsérvese el apoyo irrestricto que ambas potencias confieren al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, donde los rusos tienen desplegadas fuerzas y equipos militares.
La prensa estadounidense ha advertido de la presencia de asesores y soldados rusos en la tierra de Simón Bolívar, y tal vez, sea el principal escollo que ha imposibilitado accionar las continuas amenazas del presidente Donald Trump de una intervención.
Un hecho es que EE.EE. adeuda a China 1 mil 59 billones de dólares hasta el 2017, según la revista Forbes. Casi un tercio de la deuda estadounidense le pertenece al gigante asiático, retrato de su poderío en el mundo.
El ex presidente norteamericano Jimmy Carter en un encuentro reciente con el presidente Trump expresó que China se ha adelantado a Norteamérica en diversas áreas, especialmente porque ha sabido invertir el dinero.
Carter quien en 1979 reanudó las relaciones diplomáticas con China dijo que:”China no ha malgastado ni un centavo por la guerra, y es por eso que nos supera en casi todas las áreas”.
En cambio, Estados Unidos aseguró el ex mandatario, ha “desperdiciado” 300 billones de dólares en gastos militares para someter a países que buscaban salirse de su hegemonía.
Futuro Incierto. ¿Qué pasará tras superarse la crisis sanitaria vigente? La preocupación es lo que vendrá para las economías de las naciones más pobres.
Si no hay voluntad desde las instancias suprema del poder económico y político mundial entraríamos a otra nueva crisis de proporciones inimaginables.
En ese escenario, hasta poblada podrían escenificarse de gentes buscando alimentos. En este contexto, los empresarios que tienen sus empresas cerradas deberían contribuir con sus empleados suministrándole alimentos.
No todo debe asumirlo el gobierno porque también los ricos tienen que aportar su cuota en esta emergencia nacional y mundial.
La Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CESPAL) está pidiendo a los organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional (FM) ayudar a los países de la región a enfrentar las dificultades económicas ante el coronavirus. Y citó a República Dominicana, Ecuador y Argentina.
La CEPAL había pronosticado un crecimiento en Latinoamérica de 1,3% en el 2020, pero ahora afirma que por el contrario habrá una contracción económica entre 1,8% y 4%.
La generalidad coincide en que esta crisis sanitaria es una oportunidad para que los organismos financieros redistribuyan los recursos para salvar a la gente y no para incentivar la especulación entre los grandes capitales.
De lo que se trata es que la ciudadanía sobreviva más allá de las medidas urgentes de salud, que haya dinero para adquirir los productos básicos y que la producción alimenticia esté asegurada para todos.
El Papa Francisco ha sugerido fijar un salario universal para los trabajadores más humildes y sin derechos.
¿Qué hay detrás de la coronavirus?. En la ciudad de Wuhan, en China, inicia esta enfermedad expandida mundialmente y que ahora tiene a Estados Unidos como su epicentro.
En casos de contagios y muertes el territorio estadounidense particularmente en el Estado de Nueva York, ya supera a China, Italia y España.
Los científicos mundiales pero también los organismos de inteligencia y seguridad están concentrados en el análisis de la patología del mortal virus.
Autoridades chinas no descartan que detrás de esta pandemia esté EE.UU., y recientemente el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, difundió un Twitter donde lo expresaba.
Es evidente que la guerra comercial que han protagonizado las dos principales potencias mundiales sigue ahora detrás del coronavirus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aprueba el uso de la medicina tradicional china como alternativa para la cura del coronavirus, en fase experimentar en la nación asiática. Y se trabaja en la vacuna.