La Organización Mundial de la Salud (OMS) no rechazó el uso de la artemisia, una planta medicinal que Madagascar está empleando y exportando como tratamiento de prevención y cura de la COVID-19, pero pidió hoy que se realicen antes ensayos clínicos que prueben su eficacia.
«Las plantas medicinales como la Artemisia annua están siendo consideradas como posibles tratamientos contra la COVID-19 y su eficacia y efectos secundarios deben ser examinados», consideró la organización en un comunicado firmado este domingo en su sede africana en Brazzaville, la capital de la República del Congo, y remitido hoy a los medios.
El organismo de la ONU específica, tras la polémica causada por el uso masivo que la isla africana está haciendo de este producto natural, que también se emplea sin base científica como tratamiento para la malaria, que apoya la medicina tradicional siempre que tenga una base científica.
«Los africanos se merecen el uso de medicinas probadas bajo los mismos estándares que la gente en el resto del mundo», indica la OMS en su comunicado, en el que especifica que «incluso si las terapias derivan de prácticas tradicionales y naturales, establecer su eficacia y su seguridad mediante ensayos clínicos rigurosos es crucial».
La OMS está trabajando con centros de investigación para seleccionar productos naturales medicinales que puedan ser investigados como tratamiento natural para la COVID-19.
El pasado 22 de abril, el presidente malgache Andry Rajoelina anunció la creación de la Covid-Organics, una bebida herbal a base de artemisia -desarrollada por el Instituto Malgache de Investigación Aplicada- para prevenir y curar la COVID-19.
Según Rajoelina, las pruebas preliminares demostraron que la bebida era efectiva en solo siete días, pero veinticuatro horas más tarde la Academia Nacional de Medicina de Madagascar (Anamem) declaró que era pronto para conocer su efecto.
«Es un medicamento para el cual aún no se ha establecido la evidencia científica y que corre el riesgo de dañar la salud de la población, y en particular, la de los niños», informó la Anamem, en rechazo a la recomendación de Rajoelina de suministrárselo a los niños.
Pese a ello, el presidente malgache ha enviado como regalo este «té de hierbas» a varios países africanos como Guinea Bisáu, que recibió el supuesto antídoto este sábado en un Airbus desde Antananarivo con el compromiso, según fuentes gubernamentales, de repartir su carga entre los otros 14 países miembros de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO).
El presidente de Tanzania, John Magufuli, también ha asegurado que ha enviado un avión a Madagascar para conseguir dosis de este supuesto «antídoto» natural.
En 2012, la OMS declaró que la artemisia podría usarse en una terapia combinada «con un medicamento antipalúdico eficaz» para tratar una malaria leve; pero en lo que respecta a la COVID-19, enfatiza que su eficacia o inocuidad no ha sido demostrada.
EFE