María Fals Fors
M.A Historiadora del Arte. Crítica de Arte
Recuerdo en las aulas universitarias a un inquieto estudiante, interesado en aprender los postulados teóricos del arte contemporáneo en la materia que yo le impartía. Su nombre: Nardo Minier. Años después en las redes sociales, en exposiciones y encuentros culturales, vuelvo a contactar con él y conozco mejor su producción artística.
Nardo nace en 1968. Desde muy joven amaba el arte y pintaba obras de forma autodidacta tomando imágenes del texto “La palabra diaria” como fuente de inspiración. Ingresa en la Escuela Nacional de Bellas Artes -hoy ENAV- en 1990, donde estudia dibujo, siendo discípulo de Nancy Rosado, Martín Santos, Euclides Solano y otros maestros. En 1991 participa en una exposición itinerante de este centro de enseñanza artística junto a otros alumnos por diferentes provincias.
Estudió también pintura al óleo a través del CEAC de Barcelona, España y en ese mismo 1991, inicia sus estudios en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en la licenciatura en Artes Publicitarias y posteriormente en Artes Plásticas, carrera que concluye años después. Trabajó con el maestro Cuquito Peña, recibiendo clases con él de Pintura Contemporánea en el CODAP.
Ha desarrollado una amplia labor docente en el área de la Educación Artística en diferentes centros educativos y es actualmente Monitor de Artes del Ministerio de Educación, al mismo tiempo que se dedica a seguir desarrollándose en el campo de las artes visuales.
Su primera individual, denominada Danza de Colores, fue realizada en la propia Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y data del 1993. Otra exposición de la UASD en la que participó fue Huellas Cuerpos y Signos (2000) en la que se destacó una obra llamada “Travesías sobre el Ozama”, con una vista aérea y sintética del universo que transita sobre los puentes que dividen ambas partes de la ciudad de Santo Domingo.
Fue seleccionado para participar en el Décimo segundo concurso Nacional de Pintura Agro y naturaleza (2007), donde estuvieron como Jurados Guillo Pérez, Cándido Bidó y Amable Sterling y en ese mismo concurso, en su versión del 2008, obtuvo la Segunda Mención.
Otras exposiciones importantes en las que ha participado han sido “Another world is possible. Forever of Peace”, de la Organización por la Paz Mundial, con Diógenes Santana como coordinador de éstas, realizadas en diciembre del 2019- enero del 2020 y diciembre del 2020- enero del 2021 respectivamente. Las obras presentadas en ellas, con temas como la paloma, los girasoles, los peces, las personas individualizadas o en ambientes alegres, nos dicen que todos juntos podemos construir un mundo mejor.
Su obra, intrínsecamente cargada de ciertos toques de espiritualidad, nos sumerge en un universo estético con apariencia de vitrales transparentes y coloridos que recuerdan los ventanales de tracería gótica. Los matices interactúan con las líneas. A través de teselas figuradas, apreciamos peces de colores diversos, figuras humanas que nos contemplan a través de espejismos de luz, líneas rectas u ondulantes, gallos en plena bravura, enfrentados en un infinito movimiento helicoidal, girasoles amarillos que destacan sobre un fondo azul, palomas e instrumentos musicales, solitarios o en las manos de los músicos, que extraen de ellos su alma hecha sonidos.
La ciudad, su vida y tránsito agitados, son captadas en varios de sus lienzos en toda su intensidad, en picados que nos permiten observar y analizar su caótica cotidianeidad. Sin embargo,” Noche de luna nueva” (2020) de su serie “Proyeccionismo”, nos permite descubrir su visión del campo, un caballo que intuimos y una figura humana de espaldas, presta a cabalgar en medio de la paz y el silencio.
En cuanto a las técnicas, trabaja con igual acierto el óleo, el acrílico y las técnicas mixtas, destacando la calidad de cada faceta que explora.
Esfuerzo, trabajo duro, búsqueda continua de la perfección, visión analítica, amor por el arte, fe, búsqueda de lo bello, sublimación del alma a través de la creación, se sienten en la energía vital de cada uno de sus cuadros, cargados de figuras ocultas que no se dejan leer con una sola mirada. La excelente factura de su obra coloca a Nardo Minier entre los mejores representantes de las artes visuales dominicanas en la actualidad. Muchos éxitos, estimado artista. Seguimos adelante, rumbo a la esperanza.