La actriz y bailarina cubana Amelita Vargas murió este domingo a los 91 años, en el Sanatorio Colegiales, donde se encontraba internada desde hacía varias semanas, según confirmó la Asociación Argentina de Actores.
La actriz y bailarina cubana Amelita Vargas murió este domingo a los 91 años, en el Sanatorio Colegiales, donde se encontraba internada desde hacía varias semanas, según confirmó la Asociación Argentina de Actores.
«Falleció la actriz, bailarina y vedette Amelita Vargas. Cubana, radicada en Argentina desde 1946, logró una gran popularidad en teatro y cine», escribió la institución en su cuenta oficial de Twitter.
También conocida como “La reina del mambo”, Amelita Vargas nació en La Habana, Cuba, el 16 de enero de 1928. Siendo una adolescente, empezó su carrera como bailarina.
A los 15 años se instaló en México, donde trabajó en casinos y en El Patio del DF, el lugar de espectáculos más importante de ese país, junto a Mario Moreno Cantinflas y Pedro Vargas.
En 1942 se radicó en los Estados Unidos, donde se perfeccionó como artista, al tiempo que trabajaba en clubes nocturnos de San Francisco, California.
En 1946, luego de participar como bailarina en la película Perilous Holiday, llegó a la Argentina.
Debutó en el teatro de revistas porteño con la obra ¡Se acabó el jabón!, en el Teatro El Nacional. Tras ese éxito, inició su camino en el cine con el filme Con el diablo en el cuerpo, de Carlos Hugo Christensen.
Luego, en 1948, a Amelita la convocaron para llevar a cabo un papel importante en La secta del árbol, y en 1950 participó en dos comedias de gran éxito dirigidas por Carlos Schlieper, Arroz con leche y Cuando besa mi marido.
En aquel tiempo se la vinculó con el director Enrique Carreras, quien la convirtió en figura del sello General Belgrano. Allí, la cubana protagonizó junto a Alfredo Barbieri varias películas en las que no faltaban los cuadros musicales de mambo, rumba y cha-cha-cha.
En 1960 filmó La procesión, que representó a Argentina en el Festival Internacional de Cine de Cannes. Y en 1964 participó en Cleopatra era Cándida, protagonizada por Niní Marshall y Juan Verdaguer.
También se destacó como vedette en teatros de revista. A fines de los ’60 se retiró de la actuación.
Sin embargo, en los ’70, fue Antonio Gasalla quien la llamó para que hiciera un espectáculo de revista. En 1978 intervino en su última película, La obertura, de Julio Saraceni.