Luz Dalisa De Jesús Herrera
Abogada – Consultora
Una mujer ejerciendo su vida en libertad, sin hacerse daño a ella misma ni a los demás, es vivir conforme al feminismo.
El ser un ama de casa es tan digno como ser científica.
El ser madre, tan importante como el ser hija, hermana, amiga, compañera de labores.
El vestir recatada, tan irrelevante para la esencia de una misma como el vestir sexy.
El ser parte de una familia grande, tan demandante de tiempo como el vivir sola.
El asumir un rol pasivo ante determinadas circunstancias, tan importante como asumir el liderazgo de las mismas.
El cumplir con las normas sociales, tan interesante como romper los cánones.
El ocupar mi tiempo sirviendo a los demás, tan significativo como dedicarlo a mí.
Soy parte de esta sociedad, de este continente, de este planeta. Mi contexto puede limitarme, en ocasiones, pero no me define. Lo que soy, a lo que aspiro y lo que quiero, es lo que determina mi identidad.
No hay una fórmula mágica, una receta de cómo vivir la vida. No hay intentos correctos o incorrectos. El único modo de hacerlo es a través de mis decisiones, que son simplemente eso, elecciones. No hay un camino mejor que otro, porque cada uno trae su miel y su afán.
A veces me atrevo a juzgar a otros, sin conocer sus circunstancias. Cometo el error de evaluar su accionar sin entender sus razones. ¿Por qué se se me hace tan difícil ser empática? Y muchas veces yo, como mujer, soy muy dura conmigo y con las demás: espero de ellas un determinado comportamiento por el hecho de ser mujeres.
¡Qué errada estoy cuando lo hago! ¡Cuán lejos me encuentro de sus realidades y de la verdad! Todas somos hermanas de la vida, y más que exigirles debo apoyarlas. En vez de juzgar sus elecciones, debo aportar a las mismas.
Porque eso es lo bello del libre albedrío: mientras no haga nada ilegal, puedo hacer lo que me plazca sin dar explicaciones. Tengo la libertad de obrar y tomar mis decisiones, sin reproches ni arrepentimiento.
Trataré de hacer y elegir lo que me haga más feliz, porque nadie vivirá mi vida por mí. Tú también puedes hacerlo.