Molina fue premiado junto al estadounidense Frank Sherwood Rowland y el holandés Paul Crutzen por sus investigaciones sobre el cambio climático
Mario Molina, premio Nobel de Química 1995 y el único científico mexicano que ha recibido este galardón, murió el miércoles en Ciudad de México, su ciudad natal, a los 77 años.
Su familia informó del deceso en un breve comunicado difundido a través de la web del centro de estudios que lleva su nombre y en el que no se menciona la causa de la muerte.
Molina fue premiado junto al estadounidense Frank Sherwood Rowland y el holandés Paul Crutzen por sus investigaciones sobre el cambio climático.
Su trabajo contribuyó a la redacción del primer tratado internacional sobre este tema, el Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas y posteriormente se centró en cómo enfrentar la contaminación del aire de las grandes ciudades, incluida la capital mexicana, y en impulsar acciones globales a favor del desarrollo sustentable.
Una de sus últimas intervenciones públicas fue en una videoconferencia con la también académica, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de Ciudad de México, en la que Molina hizo varias reflexiones sobre la actual pandemia, entre ellas, la importancia del uso del cubrebocas para evitar la transmisión del coronavirus.
Molina era miembro, entre otras instituciones, de la Academia Nacional de Ciencias y del Instituto de Medicina de los Estados Unidos, y durante ocho años fue uno de los 21 científicos que formaron parte del Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología del Presidente Barack Obama.
Solo otros dos mexicanos han sido premiados por el prestigioso premio sueco: Alfonso García Robles obtuvo el Nobel de la Paz en 1982 por sus negociaciones en favor de la prohibición de las armas nucleares y el escritor Octavio Paz, que recibió el de Literatura en 1990.
Agencias