María de las Nieves Fals Fors. M.A
Historiadora del Arte. Crítica de Arte
El profesor de la Facultad de Artes de la UASD Jorge Iván Rodríguez, es ante todo un gran maestro. Ama enseñar el lenguaje de la luz y del lente- ojo interpretante, como cualquiera de nosotros ama la vida. Lo recuerdo desde hace muchos años caminando por los pasillos de la Facultad de Artes de la UASD, con su sonrisa franca, los brazos siempre abiertos al abrazo fraterno y el deseo a flor de piel de ayudarnos a descubrir el mundo de la fotografía y del cine.
En las aulas y jardines del CURSA, en la Sede de la UASD en la capital, en el periódico en Universitario, en la Revista Muralla, como miembro fundador de la Asociación Nacional de Fotógrafos, donde quiera que haya estado este inquieto buscador de sueños de creación y de verdad, no ha trabajado pensando solo en sí mismo, en su obra individual, en su blindada torre de marfil, sino que ha dado todo su saber a las nuevas generaciones de fotógrafos dominicanos.
Así lo encontramos en la realización de una exposición denominada Movimiento Visual Mi primera Vez en su edición Número 14, donde sus estudiantes de Fotografía I, tienen la oportunidad de dar a conocer sus logros. Esta muestra fue presentada en diciembre de 20129 en Casa del Arte en Santiago y trasladada el 26 de febrero a los salones de la UASD esa misma ciudad, contando allá con el apoyo de la maestra Ana Mirabal y de autoridades de ese Centro Regional.
A partir del 3 de marzo se está exhibiendo «Mi primera vez» al público en la Sala de Exposiciones de la Facultad de Artes de la UASD. En la inauguración de este tercer encuentro estuvieron presentes Orfila Rodríguez, actual directora de Postgrado, destacados profesores de las Escuelas de Teatro, Cine, Artes Plásticas y de Crítica e Historia del Arte, alumnos de la materia, sus familiares, amigos y el público en general.
A través de la Movilgrafía, es decir, la fotografía trabajada con las cámaras de los celulares, el profeso Jorge Iván fomenta en sus discípulos la capacidad de observación y la sensibilidad hacia el entorno. Los entrena así en las diferentes técnicas, en los ángulos audaces que se pueden lograr con la cámara, en los efectos de luz, en el equilibrio, en el acercamiento a un objetivo con técnica y manejo de lo estético como sensación de placer ante la belleza.
Los alumnos participantes en esta exposición y en sus versiones anteriores, han recorrido diferentes localidades de la República Dominicana, descubriendo los modos y quehaceres de cada pueblo y su cultura, rescatando tradiciones, inmortalizando paisajes, personajes y almas para hacer del proceso de creación de imágenes fotográficas y del montaje de la muestra un aprendizaje emocionante, significativo en sus vidas, y por tanto, inolvidable.
El lugar escogido como locación en esta oportunidad es La Isabela, el enclave donde se fundó la primera ciudad del Nuevo Mundo con sus playas, sus ruinas, sus personajes, medios de transporte y tradiciones culturales. Son imágenes están llenas de una visión fresca, luminosa, festiva y al mismo tiempo reflexiva que busca captar el folklore, la inmediatez de los encuentros, los momentos vividos, el contacto con la naturaleza y la fe en el mañana, tan necesaria en estos tiempos.
En las obra de estos nóveles fotógrafos se aprecia el manejo de los planos de detalle y de los planos generales, de los reflejos sobre la pantalla del móvil para lograr transparencias, de la profundidad de campo.
Se capta al observarlas toda una amalgama de recursos que nos hablan de las flores, de los niños, de las iglesias, del mar infinito y de la bendición de la amistad, de la alegría de podernos expresar y compartir tantas ideas. Los brazos abiertos se alzan hacia el horizonte lejano, las manos se mueven tocando las conchas de las costas y vamos juntos en busca de la belleza para ser felices y cambiar el mundo.
Gracias a los alumnos de Fotografía I por llevarnos a las orillas del Atlántico, por el contrapicado de la fachada de una iglesia centenaria, por las flores y las hierbas, por los niños, los insectos, los vitrales, por la poética de lo dominicano presentada en este Movimiento Visual «Mi primera vez» que ya queda en el corazón del que lo aprecia como un encuentro con el mañana y con lo eterno.