Respecto a la violencia psicológica por control, se encontró una relación con la ideación suicida, que puede estar relacionada con la pérdida de autonomía, la falta de apoyo social y la disminución de relacionarse con otras personas.
El Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM) llevó a cabo un estudio que analizó la relación entre las sintomatologías de depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT), ideación suicida, quejas somáticas, falta de apoyo social y autoestima en las mujeres víctimas de la pareja y los tipos de violencia experimentados.
Los datos obtenidos en este estudio revelan una relación significativa entre la violencia psicológica por control con la violencia física y la sexual, lo que confirma la coexistencia de los diferentes tipos de violencia en las víctimas, asociándose el hecho con el deterioro de la salud mental.
Dentro de los hallazgos, las psicólogas familiares Soraya Lara y Lisanna Pérez destacan una relación entre la violencia por humillación, el trastorno de estrés postraumático y los síntomas de evitación, activación y depresión, que pueden ser consecuencia de la percepción de no poder predecir ni controlar la ocurrencia del maltrato psicológico por parte de su pareja agresora, derivando en aislamiento y embotamiento afectivo.
El estudio evidencia que los síntomas más frecuentes que presentan las mujeres víctimas de la pareja son el trastorno de estrés postraumático y la depresión.
Respecto a la violencia psicológica por control, se encontró una relación con la ideación suicida, que puede estar relacionada con la pérdida de autonomía, la falta de apoyo social y la disminución de relacionarse con otras personas.
Por otro lado, las investigadoras hacen notar que la violencia física no presentó relación con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), pero sí con los síntomas de activación de ese trastorno, lo que hace referencia al estado de alerta e hipervigilancia de las mujeres víctimas ante la imposibilidad de predecir y controlar las conductas violentas de la pareja.
La violencia sexual se relacionó con el TEPT y los síntomas de reexperimentación y evitación, depresión, ansiedad, ideación suicida y quejas somáticas, resultados que, en general, coinciden con los obtenidos en investigaciones realizadas por otros autores.
El estudio observa, además, que en la violencia sexual hay un mayor número de síntomas que se relacionan entre sí en el estado emocional de la víctima, a diferencia de los presentados en otros tipos de violencia. Esto sugiere, que el maltrato sexual por la pareja, el cual ocurre en la intimidad del hogar y del que las mujeres víctimas no pueden huir, está asociado a una mayor comorbilidad de síntomas que aumentan el deterioro de la salud mental de las mujeres.
Las autoras observaron que, en la medida que aumentaban la depresión, el TEPT y los síntomas de reexperimentación, evitación y activación, la autoestima de la mujer maltratada disminuía.
Por otra parte, se observó que la depresión está relacionada con la ideación suicida y la falta de apoyo social, resultados coincidentes con otros estudios.
Por otro lado, se demostró que la ideación suicida presenta una relación fuerte con el trastorno de estrés postraumático. Hay que destacar el riesgo de suicidio en estas mujeres que también presentan depresión y carecen de apoyo social, lo que revela la necesidad de evaluar y prevenir este tipo riesgo.
Un dato concluyente importante en el estudio es la relación que presenta la ideación suicida con la violencia psicológica por control, violencia sexual, depresión, ansiedad, TEPT, reexperimentación, evitación, activación y falta de apoyo social. Esto se tipifica como una señal de alerta sobre el riesgo de suicidio al que están expuestas las mujeres víctimas.
A raíz de este reciente estudio, el Pacam hace un llamado a las autoridades de Salud Pública para que desarrollen programas de atención psicológica para las mujeres víctimas en todo el territorio nacional. Así como, para que el Instituto Nacional de Ciencia Forense (INACIF) considere estos datos a los fines periciales, y el Ministerio Público y el Poder Judicial, por su parte, los tomen en cuenta para ofrecer verdadera protección a las víctimas, procurando con ello preservarles su integridad física y psicológica.