Por María Fals
M.A. Crítica e Historiadora del Arte
El 6 de agosto de 2022 tuvo su clausura en el Centro Perelló de Baní la quinta versión de La última cena.
Se ha ido desarrollando un análisis formal y conceptual de las obras presentadas en esta acción artístico-cultural en tres entregas anteriores a través de artículos en el diario digital elDigital.com.do
En este cuarto y último texto sobre esa temática se recogen las propuestas de los artistas Milcíades Andújar, Nilton Cárdenas, Pilar Asmar, Raphael Díaz, Rosa Tavárez, Salvador Sánchez y Wayne Healy.
Milcíades Andújar es oriundo de Baní. Estudió inicialmente con Guillo Pérez, posteriormente en la ENAV y en la Facultad de Artes de la UASD. Ha participado en diversas exposiciones nacionales, tanto individuales como colectivas y se ha presentado a nivel internacional en Islas Canarias, España con exposiciones como “Lágrima de Abstracción a la no violencia” y “Camino Errante”. Sus temas hacen frecuente referencia al tainismo, a través de los cacicazgos, de aón el perro mudo y del lenguaje sígnico de la mitología de este pueblo originario.
La obra que presenta en la exposición del Centro Perelló utiliza la técnica de acrílico sobre lienzo y un formato horizontal de 20 X 60 pulgadas. En un estilo marcadamente expresionista, el Cristo centralizado está rodeado de cuatro grupos conformados por tres apóstoles, cuyos rostros y cuerpos se reflejan en la transparencia de una mesa blanca, limpia de alimentos. Jesús cierra sus ojos en meditación, mientras sus acompañantes se cuestionan quién será el culpable de la traición.
Nilton Cárdenas, artista peruano, estudió pintura en el Instituto Superior José Sabogal y periodismo en
la Universidad San Martín de Porres. Desde 1993 radica en los EE. UU, primero en Miami y posteriormente en Providence.
Trabaja en el Departamento de Escuelas Públicas, es instructor de arte para personas de diferentes edades y fue miembro de la Junta Directiva de la “Galería Sol”, desde donde promovió el arte y la cultura de Latinoamérica. Ha expuesto en Perú, Estados Unidos, República Dominicana y otros países.
En la muestra que estamos tratando presentó un fragmento de lo que va a ser una obra mayor en el que predomina un estilo grotesco expresivo con ciertos toques de surrealismo. Sus seres, que semejan los apóstoles, se mueven y se alzan sobre piernas sugeridas. Aparecen líneas que cual caligramas se entrelazan en el interior de sus figuras. Predominan también neutros tonos ocres sobre los que sobresalen ocasionales manchas rojas, azules y naranjas.
Pilar Asmar, creadora dominicana, inició su proceso de formación dentro de la pintura con Guillo Pérez.
Estudió en la ENAV y es egresada de la Escuela Nacional de Periodismo. Cursó Artes Decorativas con Soraya Medina de Spitaliery e Historia del Arte y Restauración con Daisy López y Miki Vicioso en La Casa del Artista. Ha participado en diferentes talleres y cursos de artes visuales con Leonardo Durán, Pedro Veras, Milagros Guerra, Ana María Nardo y Francisco Sánchez (Guanabacoa). Ha expuesto en exposiciones individuales y colectivas en EE. UU y la República Dominicana.
Sus obras, generalmente cargadas de colorido, durante la pandemia se tornaron blancas, negras, grises. Luego fue recuperando la alegría del pigmento a través de azules infinitos. En “La última Cena” de Baní, su arte se abre nuevamente a la sonrisa a través de un cuadro cargado de vibrante energía llamado “Banquete de fe”.
En este lienzo, los dorados rompen las tinieblas envolviendo al pez sagrado de la esperanza. Se percibe en el centro de la composición a Jesús rodeado de los apóstoles y debajo a una figura sentada de espaldas, levantando los brazos en señal de alabanza. Las formas se insinúan a través de una amalgama de prismas que recuerdan el brillo de las piedras preciosas de un tesoro escondido, las que se iluminan cuando la luz del amanecer atraviesa la entrada de la cueva que las encierra.
Raphael Díaz, uno de los “Cuatro Puntos” fundadores del proyecto “La última cena” en el 2002, psicólogo, maestro y artista visual, se siente hijo de tres tierras: su natal y amada Cuba, los EE. UU que lo acogió siendo un adolescente y la República Dominicana donde tiene su hogar en la montaña. Vivió en Nueva York, se graduó en Cooper Union en 1989 y se trasladó a Rhode Island donde se estableció y está trabajando de forma sistemática.
Fue cofundador de la “Galería Sol” en 1995 y su obra ha recorrido la República Dominicana, los EE. UU, Cuba, España, Portugal, Italia, Vietnam y otros países en diferentes exposiciones individuales y colectivas.
Su propuesta, formada por un políptico que se integra en un formato único, presenta a Jesús en una posición poco frecuente, flotando en el aire acostado boca arriba, mostrando solamente su cabeza colgante y su pecho levantado. Sus manos están atravesadas por la menorah, la luz de Dios.
En la parte inferior del cuadro se ubica la imagen de una virgen, triangular como un monte de verde vida. Los
apóstoles, pequeños e insignificantes al lado de la figura divina principal, se presentan a ambos lados. Custodian la escena dos figuras precolombinas y encima de todo lo expresado, se destaca una bandera de Ucrania y el sonido de una música celestial que se desliza, representada en notas musicales, sobre un fondo que está simulando las teclas de un piano.
Los sonidos de la melodía, que hacen referencia a la omnipresencia de Dios, tocan el nombre de una niña y se derraman sobre una figura que encierra el ¿Why? que tiene todas las respuestas. La obra se ha completado con un fragmento trabajado por el artista Elvis Avilés, recientemente fallecido, encerrando un alfa y un omega que se recicla por toda la eternidad.
Rosa Tavárez, maestra de generaciones, se ha dedicado a la pintura y al grabado. Estudió con Yoryi Morell en la Escuela de Bellas Artes de Santiago y posteriormente continuó su formación en la Escuela Nacional de Bellas Artes (hoy ENAV) en Santo Domingo, recibiendo las enseñanzas de Jaime Colson, Celeste Woss y Gil, Gilberto Hernández Ortega, entre otros maestros.
Aprendió grabado en The Arts Student League of New York y Diseño Artesanal en Colombia. Ha impartido docencia en la ENAV, APEC, Altos de Chavón, entre otras importantes instituciones.
Ha expuesto en diversas exposiciones individuales y colectivas en la República Dominicana, Italia, Puerto Rico, EE. UU y otros muchos países. Es poseedora de la Medalla al Mérito otorgada por la Presidencia de la República Dominicana y del Reconocimiento Aporte a la Educación y a las Artes por UNIBE en el 2007.
En Baní presentó una obra sumamente interesante donde apóstoles en siluetas son completados por árboles que sangran sobre la mesa o levitan sobre el espacio infinito. Los rojos predominantes le dan una gran fuerza expresiva al tema y la carga simbólica se refuerza a través de un entorno sin tiempo.
También expuso “El último caudillo” dedicada al representar el fin terrenal de un hombre ebrio de poder y control, que agoniza devorado por insectos voladores en un ambiente terrorífico y devastador.
Salvador Sánchez, joven y talentoso artista mexicano, es pintor y diseñador gráfico. Con un máster en Artes y Diseño de la UNAM es también docente en las universidades de Anáhuac México Campus Norte y de la Universidad del Valle de México. Fue seleccionado por la calidad de su obra para participar en la XVII Bienal Rufino Tamayo. Ha mostrado sus creaciones en México, Perú, República Dominicana, Estados Unidos y España.
En la exposición de Baní exhibe una obra de tonalidades ocres, doradas y rojas en la que el Cristo sostiene el pan de vida en sus manos, mientras sus brazos evocan peces por los que se desliza la sangre derramada para la salvación de los pecados. La energía de su propuesta, los fuertes contrastes de luz y sombra que se captan en ella, aportan una fuerza dramática cautivante que atrapa al espectador y le conmueve el alma.
Wayne Healy, estudió en la Universidad Politécnica de California ingeniería aeroespacial y en la de Cincinati ingeniería mecánica. Se ha dedicado a la pintura mural y al arte público fundando East Los Streetscapers (ELS).
Realizó la curaduría de la primera exhibición de arte chicano en Europa en 1993 presentada en Irlanda. Su arte ha recorrido lugares tan disímiles como Japón, Egipto, Pakistán, Gran Bretaña, México, Chile, España, entre otros. Es uno de los “Cuatro Puntos” fundadores del Proyecto “La última cena”.
En su propuesta, que aparece en el catálogo de esta exposición, la policromía de los personajes se destaca sobre el fondo monocromo en un movimiento constante. Se capta la agitación en los cuerpos y los rostros de latinos, indios y negros que comparten alimentos. Se palpa un dinamismo de formas que se conjugan en diversos planos, dando lugar a una presentación poco convencional del tema que aporta una nota diferente al conjunto de propuestas artísticas que pueden observarse en sus páginas.
“La última cena” del Centro Perelló de Baní ha sido, por tanto, una propuesta conjunta y heterogénea de grandes artistas visuales, quienes, unidos a poetas, músicos, representantes de las artes culinarias, críticos, museógrafos y curadores, han roto paradigmas a partir de un trabajo colaborativo en el que todos han sido protagonistas.
Se han dejado a un lado los límites entre el yo y el ustedes, lográndose así una amalgama de saberes y creaciones donde el amor y la entrega han sido permanentemente el denominador común de un legado artístico y espiritual basado en el yo colectivo.