Margarita Quiroz
La historia que contamos hoy es hermosa e inspiradora, de esas fruto de la resiliencia con rostro de mujer. Inicia contada desde los recuerdos y vivencias de una niña criada en las Aldeas SOS, del sector Los Mina de Santo Domingo, y que hoy, ya una mujer, casada y madre de dos hijos, se ha convertido en una empresaria de la peluquería.
Pero nada ha sido fácil para esta valiente y emprendedora mujer. De partir de la nada hoy disfruta de los logros de su trabajo y pasión por realizar cambios radicales en sus clientas.
Esta es la historia de Yanina de Jesús Pérez de Sierra, propietaria de la peluquería Yani Estilo, ubicada en la calle Rafael Augusto Sánchez del sector Evaristo Morales, de Santo Domingo, y que mañana viernes celebra junto a sus empleadas y clientes sus cinco años de fundación.
Su pasión por la peluquería inicia a la temprana edad de los cuatro años, recuerda que con un cortauñas retiraba la cutícula de las uñas de su madre de crianza en Aldeas SOS, donde entró, llevada por su padre, cuando tenía dos meses.
A los 12 años de edad hizo su primer curso de belleza, impartido por la maestra Mireya Ozuna, desde entonces, Yanina no ha parado de estudiar, trata de aprovechar los conocimientos de expertos internacionales que llegan al país, así como de reconocidos peluqueros nacionales. Hoy día, es una ‘peluquera completa’ como les llaman a las profesionales de la belleza que hace todo en este mundo, desde secado hasta las más maravillosas técnicas de cortes y colores.
Relata que inició haciendo pedicure, manicure y lavado de cabeza. Antes de tener su propio negocio pasó por varios centros de belleza, en el último permaneció por unos 13 años. Muchas de sus clientas y clientes han sido fieles a sus servicios y trato personalizado. Algunas de ellas tienen más de 15 años al lado de Yani, como cariñosamente le llaman, nombre que hace honor a su centro de belleza.
Pero en el transcurrir de su carrera, las cosas no fueron siempre color rosa, en principio hacía pedicure y manicure sin pago alguno, sólo por el deseo de aprender, a esto le suma el trato hostil de algunas compañeras. Pero no todas fueron así, de otras recibió respaldo porque creían en ella y en su talento, hasta el punto de animarla a no desertar.
«Antes de trabajar belleza, mí esposo y yo teníamos un colmado, que la delincuencia nos obligó cerrar, pero antes de esto comencé a buscar trabajo en lo que me gusta. Un día leí un clasificado que decía: «Ana Victoria, solicita persona que lave cabeza», le dije a mí esposo, hasta hoy estoy en el colmado», relata.
Llegó el día de ‘volar’
Luego de adquirir experiencia, tras el trabajo diario y los estudios realizados, Yanina decidió abrir su propio centro de belleza, cerca de 20 años después. Es así como surge Yani Estilo, siempre sonó ser su propia jefa, pues estaba agotada de trabajar para otras personas, por tantos años.
«Cuando me despierto todos los días, abro mi negocio con lágrimas en mi rostro y solo digo gracias Señor por sustentarme y darme salud para seguir haciendo la obra que tú pusiste en mí. No se imaginan las veces que mí cuerpo quiere quedarse acostado pero hablo con mí Dios y él me ayuda para seguir dando lo mejor», comenta.
Pero Yanina no sólo agradece a Dios por lo logrado, también reconoce el apoyo de sus clientas y clientes. «Cada uno tiene una parte muy importante en mí corazón, trato de familiarizar con ellos buscándole soluciones a sus necesidades», dice.
Además, dice que durante los años que fue empleada sacrificó mucho a su familia por las extensas horas laborales, pero, ahora, trata de administrar su tiempo y cuando en el salón no hay tantos clientes sale a su casa a darle calor a sus hijos y esposo y cumplir con algunas obligaciones propias de madre y ama de casa.
Otro sueño hecho realidad
Yanina, hoy día, visualiza su futuro con menos preocupaciones y hasta desea aportar a la sociedad parte de lo aprendido, para ello hizo la habilitación docente en el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) a fin de cumplir otro de sus mayores anhelos, ser maestra de belleza. Desde hace un tiempo imparte clases a jóvenes que desean ser peluqueras, igual que ella.
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