El Banco Central dice que en lo sucesivo se proyecta que la economía dominicana experimente una recuperación en forma de “V”
Las cifras del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) para enero-abril de 2020 muestran que la economía registró una variación interanual de -7.5% en el referido período, según informó el Banco Central, a través de un comunicado de prensa.
Esta variación acumulada promedio del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) de los primeros cuatro meses del año es el resultado de tasas de crecimiento interanuales de 4.7% en enero y 5.3% en febrero, así como de -9.4% y -29.8% en marzo y abril, respectivamente.
En lo que respecta a las contracciones registradas en los meses de marzo y de forma más pronunciada en abril, las mismas se explican por el impacto de las medidas de prevención ante la propagación del coronavirus (COVID-19), que contemplan el social, la suspensión de operaciones en actividades económicas no esenciales, cierre de las fronteras del país por aire, mar y tierra, toque de queda desde final de la tarde hasta el amanecer y limitaciones en el transporte público.
Cabe destacar que el impacto adverso en el crecimiento registrado en el mes de abril se prevé sea el punto más crítico de la crisis actual, tal y como ha sido la experiencia sincronizada en la mayoría de las economías del mundo, debido fundamentalmente a las medidas de confinamiento ante la pandemia previamente mencionadas.
Las actividades que se han visto más afectadas en términos del valor agregado real durante el período enero-abril de 2020 son Hoteles, Bares y Restaurantes (-34.1%), Construcción (-24.5%), Minería (-11.4%), Otros Servicios (-9.7%), Transporte y Almacenamiento (-9.6%), Zonas Francas (-8.8%) y Manufactura Local (-5.2%). Cabe resaltar que a pesar de las restricciones implementadas a raíz del COVID-19, algunos sectores económicos continuaron exhibiendo un desempeño positivo, tales como: Salud (12.4%),
Servicios Financieros (9.8%), Agropecuario (5.2%), Actividades Inmobiliarias (4.9%), Comunicaciones (4.8%) y Energía y Agua (3.5%), mitigando parcialmente los efectos adversos del confinamiento preventivo sobre el crecimiento económico.
Se proyecta que en lo sucesivo la economía dominicana experimente una recuperación en forma de “V”, retornando en el corto plazo a los niveles de expansión promedio experimentados previo a la implementación de las medidas de contención de la propagación del virus, lo que le permitiría cerrar el año en torno a un crecimiento neutral.
En ese tenor, resulta importante destacar los fuertes fundamentos macroeconómicos de la economía dominicana, así como su probada resiliencia para superar de forma exitosa choques adversos externos e internos.
Esta capacidad de recuperación de la economía dominicana es posible en gran medida por la composición diversificada de su aparato productivo y los encadenamientos entre las actividades económicas de impulso y de arrastre que generan un efecto multiplicador en la economía.
Tal es el caso de la Construcción, un sector que se ha caracterizado por ser determinante de los puntos de inflexión de las fluctuaciones cíclicas de la actividad económica, por ser el componente principal de la inversión doméstica en la demanda
agregada, con una gran capacidad de arrastre del resto de actividades económicas, incluyendo de forma particular a la industria en su conjunto. Se espera que una vez más la Construcción sea de gran incidencia en el repunte de la economía de la Republica Dominicana en la segunda mitad de 2020 y durante el año 2021.