El senador Amable Aristy Castro se despidió de sus compañeros legisladores tras ser derrotado en las elecciones presidenciales y congresuales del pasado 5 de julio y permanecer casi 38 años en el Congreso Nacional. Aquí sus palabras
Yo quiero dirigirme a todos los senadores, y senadoras. Yo quiero aprovechar este turno para de una manera formal, expresar ante ustedes por medio de estas palabras, que brotan de lo más hondo de mi alma, mi sincero y eterno agradecimiento a Dios, a la Virgen de la Altagracia, por el privilegio de haberme permitido compartir durante varios años.
Me despido de este sagrado recinto que ha servido siempre a los mejores intereses de la Patria, brindando siempre seguridad y orden y aun en las más difíciles circunstancia, manteniendo la unidad de sus fuerzas y evitando en todo momento la quiebra de los sueños de los Padres de la Patria.
Ofrezco a todos, senadores y personal administrativo, mi sincera gratitud; es una virtud que no solo fortalece nuestras vidas, sino que nos ofrece sobre a todo la oportunidad de reconocer el esfuerzo de los demás, observar con mayor amplitud la grandeza de nuestro semejante, su amor y sacrificio, el tiempo de permitirnos con mayor libertad asumir nuevas y mejores perspectivas.
Atravesamos recientemente por un proceso electoral que, con justa razón, ha sido considerado por el mundo verdaderamente ejemplar.
Todos los presentes hemos participado larga y en ocasiones terribles jornadas electorales, y sabemos por experiencia vivida, que un proceso electoral se asemeja a una batalla. Y esta sin importar los resultados, debe continuar en cada uno de nosotros, un motivo de esperanza.
Sobre todo, como es el caso de la pasada contienda electoral, que siempre fuimos guiados por los más nobles propósitos, ilusiones y metas.
Felicitamos a todos los dominicanos que resultaron escogidos con el voto mayoritario, y para ellos deseamos el cumplimiento de todas sus metas. Pues tenemos la seguridad de que las mismas están dirigidas a fortalecer, con sus más sagrados y legítimos intereses, nuestra Patria.
Es en esta noble labor en toda hora y circunstancia, que pueden contar con mi humilde pero siempre sincera colaboración y experiencia.
Quiero expresar senador Valentín (Julio César) y senador Galán (Tommy), a todos ustedes mis amigos, que de una manera especial mi gratitud a todos mis compañeros y compañeras, por la tolerancia, solidaridad que siempre me han brindado ustedes.
Me siento particularmente orgulloso. Ofrezco públicamente este testimonio de respeto, admiración grabado eternamente en las fibras de mis últimas…
Llegué al Congreso Nacional en el año 1982, como diputado al Congreso Nacional. Allí duré ocho años, de los cuales participé algunos años como secretario general….
Vine al Senado de la República en 1990. Cuatro años después me correspondió el gratísimo honor de presidir el Senado de la República por espacio de cuatro años.
Tuve el gratísimo privilegio de ser uno de los primeros dominicanos en juramentar a dos Presidente y dos Vicepresidente de la República.
A mi líder, a mi guía, a mi protector, a mi maestro, al presidente Joaquín Balaguer; y a mi amigo personal, al ex presidente Leonel Fernández.
En 1999, 29 de enero de 1999 renuncié como senador de la República, para irme a la Liga Municipal Dominicana. En el 2002 mi provincia me eligió de nuevo como senador de la República; en el 2006 renuncié de nuevo como senador de la República para ocupar una posición en la Liga Municipal Dominicana.
En el 2010 me postulé de nuevo como senador de la República, y mi provincia me eligió una vez más. En el 2016 me elegí de nuevo como senador de la República, y mi provincia me dio una nueva oportunidad.
Por lo tanto voy a cumplir aquí, el 16 de agosto, 38 años. Llegué al Congreso Nacional con 33 años. Cuando me juramenté aquí el día 10 de noviembre del 2010, le dije a ustedes a mis amigos y a mis amigas, que venía al Congreso Nacional, al Senado de la República, a hacer nuevos amigos y nueva amigas».
Y efectivamente lo he logrado. Con ustedes he pasado desde el 2010 hasta esta fecha y quiero reiterarle mi amistad, mi cariño, mi respeto y mi admiración por el trato que todos ustedes me han dado.
Quiero referirme a la postura de mi amigo Reinaldo Pared, desearles desde aquí que tenga una pronta salud. Le agradezco profundamente el trato que ustedes me están dando.