Hoy, 13 de enero se conmemora el Día mundial de la lucha contra la depresión.
El 5 % de la población del mundo sufre depresión, siendo las mujeres, jóvenes y ancianos las personas más propensas a padecerla, según lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La depresión, explicó Yesenia Durán, psicóloga de Hospiten Santo Domingo, es una enfermedad o trastorno mental que implica una disminución de las funciones psíquicas asociada con alteraciones del comportamiento del grado de actividad y el pensamiento, caracterizada por una tristeza profunda y decaimiento anímico.
Durán asegura que la depresión es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en la realización de actividades.
“La depresión afecta la manera de pensar del adolescente, como se siente y cómo se comporta, provocando problemas emocionales, funcionales y físicos, se puede producir que en cualquier momento de la vida”, indicó Duran.
Pero aclara que “en la adolescencia la depresión no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad”.
Por lo general -afirmó- la duración de un estado depresivo oscila entre los 6 meses y un año aproximadamente, lo que puede variar dependiendo de la asociación con otros trastornos del paciente y su disposición para enfrentarlo, con tratamiento antidepresivo y psicoterapias.
Existen varios tipos de depresión, como el Trastorno Depresivo Mayor, la cual posee la tasa más alta de mortalidad; seguida del Trastorno Depresivo Persistente (Distemia), Trastorno Disfórico Premenstrual, la depresión causada por otra enfermedad o inducida por sustancias o fármacos, y el trastorno depresivo no especificado.
Sin embargo, la doctora asegura que “la depresión solamente puede tener consecuencias graves si no se atiende a tiempo, lo que requerirá tratamientos a largo plazo o terapia psicológica”.
Cómo se manifiesta
La depresión, señal, se manifiesta con sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza, arrebatos de enojo, irritabilidad, frustración, alteración del sueño, cansancio o falta de energía, falta de apetito, ansiedad, nerviosismo o inquietud, lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales, entre otras.
Para la doctora Durán, entre los principales detonantes para la depresión figura la pérdida de algún ser querido (dolor), problemas laborales, económicos, rupturas sentimentales, enfermedad de un familiar, la vejez, el estrés, factores genéticos y el ambiente.
Depresión feliz
También existe la “depresión feliz”, explica Durán, la cual, asegura, es difícil de tratar porque falsea la realidad mostrando una felicidad y una sensación de bienestar ante los demás, ocultando las emociones reales que no pueden detectarse en su entorno.
En la depresión feliz el enfermo presume estar siempre bien, asumen responsabilidades por estar “en el medio”, en apariencia siempre está feliz, activo para huir de sus problemas prestándole importancia a su imagen social y aspecto físico, se autoexige y sufre de alteración del sueño y el apetito, y sufre de explosiones de ira sin motivo.
Se califica como anhedonia, que no es más que la incapacidad para experimentar placer, pérdida de interés o satisfacción en sus actividades, falta de reacción a los estímulos placenteros, lo que constituyen síntomas e indicadores claros de depresión.
Depresión creció en pandemia
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante el primer año de la pandemia del Covid-19 la depresión aumentó un 25 %, sobre todo en los países con mayor cantidad de afectados, motivada por la restricción de la interacción social.