María Fals
M.A. Crítica e Historiadora del Arte
Reyes Ocre es pintor y escultor dominicano nacido en 1976 en la provincia María Trinidad Sánchez. Miembro del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, su representante en el país es actualmente Alcibíades Vásquez.
Inició su carrera en la infancia en la que su talento innato lo llevó a ganar un concurso de dibujo de la Escuela de Bellas Artes de la ciudad de San Francisco de Macorís. Años más tarde se gradúa de la Escuela de Bellas Artes de Santiago de los Caballeros.
Su primera exposición – “Ocre, solo ocre”-, data de 1996, y posteriormente en 1998 participa en una colectiva en Altos de Chavón. Ya en 1999 expone en otra muestra colectiva en La Romana y viaja a Italia a llevar su arte. Su segunda individual la realiza en el 2001 y la tituló “Sonido Ocre”.
En el 2002 se presenta en Expo Arte en Nueva York y en el Festival Latinoamericano de Torino, Italia y un año después expone en Panamá “Del Caribe y del mundo” y en el Tercer Concurso de “Pinturas de Las Américas” en Casa de Teatro en Santo Domingo.
Vuelve a exponer en Panamá en el 2004, y en el 2005 la Sony selecciona cinco de sus obras para la carátula del disco de sus grandes éxitos de ese año.
El 2006 y el 2007 son también años de grandes éxitos, cuando expone a nivel nacional en Malecón Center y la Casa del Tostado e internacionalmente en la Galería Monte Pego en España.
El 2008 es un año de gran importancia en su trayectoria, presentando su exposición individual H2 Ocre en Santo Domingo, donde se observa un arte maduro y muy bien logrado, donde cada vez más se vincula a un Expresionismo Abstracto lleno de lirismo. Con este estilo gana ese mismo año el Concurso de la Junta Agroempresarial.
En el 2009 se vincula a la Exposición Colectiva “Peloteros Dominicanos” y en el 2010 en la realizada en homenaje a Nelson Mandela. Ese año se presenta en Génova con “Raíces Caribe”, en Nevada, Estados Unidos con “Dos tiempos, dos estilos” y en Nueva York en la Galería Latin Fine Art.
En el 2011 realiza varias exposiciones entre las que destaca “Caribe Blue”, en Blue Mall. La Embajada de Francia lo selecciona como uno de los artistas más influyentes del país, colocando una de sus obras en su sede en la República Dominicana.
Ya en el 2012 gana el Gran Premio del Festival de la Ferté- Bernard en Francia. En el 2013 se presenta con un arte algo más figurativo en la Galería Shanell, República Dominicana, con esculturas y pinturas donde aparecen seres marinos y pájaros, acompañados de siluetas humanas.
En el 2014 realiza “Revelando Secretos” en el Palacio de Bellas Artes, Santo Domingo y gana el Primer Lugar en el Concurso Agroempresarial.
Ya en el 2015 es finalista en el Concurso del Diario Libre dedicado al Arte Contemporáneo y realiza su muestra “Carta al subconsciente” en la sede de INDOTEL, donde exhibe veinte obras en las que aparecen diferentes técnicas como la escultura, el dibujo y la pintura, entre ellas la que da título a la exposición, con tonalidades azules sobre las que se imagina la silueta difusa de un rostro de perfil con los ojos cerrados, “Isla de metal” de colores cálidos con una línea sinuosa y sintética y ,“Cuando el hielo se derrite”, que permite imaginar los musgos nacientes luego del deshielo del corazón.
Del 2016 destaca su obra “Echando carrera en la autopista Duarte” donde se acerca a una problemática social que afecta a los jóvenes, sin abandonar su mezcla de surrealismo, expresionismo y abstracción. En el 2018 su obra “Sin título” muestra una cascada infinita donde fluye lo bueno.
Más recientemente, en el 2020, realiza su serie “Quimeras en cuarentena” con títulos como “Mojao y arrancao”, “Asomao con la Boca Tapá”y “Me voy pal campo a criar gallinas “ que en su juego con las palabras y las formas, expresan su catarsis y la nuestra, ante la dura realidad de una pandemia de la que queremos escapar, huyendo hacia la naturaleza donde podemos liberarnos de las mascarillas y de las máscaras. Una boca abierta en su “El que más goza” expresa el anhelo colectivo de reír con la boca expuesta, totalmente abierta, enseñando a la luz la lengua y los blancos dientes.
La energía de Junior Reyes Ocre se traduce en cada pigmento, en un todo orgánico que se alimenta de tonos y líneas que nos tocan profundamente.
El hálito personal que se respira en su obra demuestra que la vive como parte de su identidad.
Con pinceladas que recuerdan técnicamente a Yves Klein y al chorreado de Pollock, pero con un estilo muy propio y caribeño, genera en el espectador una poética de sublimidad y fuerza, de exploraciones hacia lo incógnito y marino, hacia lo profundo, en un universo en que la evolución de su obra es cada vez más etérea.
Este artista va navegando por un submundo mágico, fantástico y al mismo tiempo cotidiano, donde afloran formas que recuerdan a los abanicos del mar, torsos femeninos, peces de las profundidades, constelaciones y sueños, y también vivencias, situaciones que nos aquejan a todos, reinterpretadas por la sutileza y la destreza de sus manos.
Reyes Ocre transmite en sus hijos pintados o esculpidos, la paz que busca y que buscamos, el encuentro con nosotros mismos después de un día agitado, en el que nos confortamos y acariciamos el espíritu y al hacerlo, nos acercamos al alma de todo el género humano.