María Fals
La autora es crítica de arte
La figura de Juan Pablo Duarte (1813-1876) se destaca en el siglo XIX por su liderazgo, sus ideales de independencia total “de toda potencia extranjera”, ajenos al separatismo simple o al anexionismo oculto o evidente.
El diseño de nuestra bandera, posteriormente confeccionada por Concepción Bona y María Trinidad Sánchez, el nombre glorioso de República Dominicana, su proyecto de constitución, el anteponer el bienestar colectivo del Estado que fundó a sus ambiciones personales, fueron legados que lo convierten en un paradigma de soberanía y
democracia, en un ejemplo.
Antes de hablar de pintura, quiero destacar que la única fotografía conocida de esta figura histórica fue realizada por Próspero Rey en Venezuela en 1873. En ella posa sujetando un bastón, elegantemente vestido, con los cabellos cortos y mano colocada dentro de su bolsillo. La mirada profunda del retratado, dirigida hacia un lateral, le da fuerza psicológica a su imagen.
Durante el siglo XIX y los comienzos del siglo XX, destacados artistas dominicanos crearon diversos retratos de Duarte. Es el caso de Alejandro Bonilla (1820-1901) quien fue uno de los iniciadores de nuestras artes plásticas.
Bonilla hizo dos retratos al óleo de este personaje histórico que conoció personalmente; el primero lo pintó de memoria ya que Duarte se encontraba en Venezuela. El segundo, que data de 1887,es posterior a la muerte del Padre de la Patria. En él que enfatiza los ocres y, desde este lienzo, su protagonista nos observa con una mirada firme y también triste.
Uno de los retratos de Duarte más conocidos fue creado alrededor de 1890 por Abelardo Rodríguez Urdaneta (1870-1933), un artista integral que se dedicó a la pintura, a la escultura, a la fotografía, a la poesía y la música, siendo discípulo del español Juan Fernández Corredor y del dominicano Luis Desangles.
Esta obra se caracteriza por mostrar el pálido rostro del héroe con arrugas ligeras en la frente, por destacar sus ojos claros, sobre un fondo ocre y brumoso similar al de Bonilla.
Su Duarte, sin embargo, está colocado en un plano medio, presentando una mayor cercanía con el espectador. En la obra se enfatizan las manchas de color por encima de las líneas, con clara influencia romántica. Luis Desangles (1861-1940) fue un gran pintor dominicano que hizo grandes aportes a las artes plásticas de su país natal y también de Santiago de Cuba. Estudió con Luis Cordero y dejó una pléyade de discípulos como el ya mencionado Urdaneta, Leopoldo Navarro,
Luis Fiallo, entre otros. En Santiago de Cuba, fue director de la Academia Provincial de Artes Plásticas José Joaquín Tejada en 1935 e hizo frescos de gran importancia en la Catedral.
Desangles hizo varios retratos de este patriota, como es el realizado alrededor 1913 y que forma parte de la colección de la Casa Museo de Juan Pablo Duarte. Esta obra, también elaborada con tonos oscuros, muestra a un Duarte escritor de textos políticos y patrióticos. Su figura está de pie y ha abandonado su silla. Con la mano apoyada en unas hojas escritas, acompañado de un libro y un tintero colocados sobre una mesa maciza, avanza hacia nosotros y nos mira de frente invitándonos a continuar su obra. Enrique García Godoy (1886-1947) trabajó de manera excelente el desnudo y el retrato.
En una obra del 1944, nos muestra a Duarte en la cubierta de un barco, regresando a su Patria en 1844, feliz y rodeado de personas de diferentes razas y condiciones sociales, todos esperanzados por el logro de la independencia. Utiliza colores alegres e intensos, con un espíritu ajeno a la melancolía.
Fernando (Tuto) Báez (1895/1960) fotógrafo, pionero cineasta, pintor y cartelista, nos ofrece en 1959 a una imagen muy realista de Duarte, inspirada en la fotografía de Próspero Rey. Utiliza de forma marcada la línea; una ceja fruncida del retratado crea una cierta asimetría en el rostro y destaca la dignidad de ese Maestro que nos hizo pensar en la necesidad de ser un país libre y soberano.
En la actualidad, múltiples artistas plásticos han seguido el legado de estos artistas, mostrando la figura inmortal de este gran ser humano llamado Juan Pablo Duarte y Díez, para que su visión de Patria no muera nunca.