El exjefe del Ejército, Juan José Zuñiga, tomó la sede del Ejecutivo boliviano luego de desplazarse en un tanque seguido de más vehículos militares en la plaza principal de La Paz.
Luis Arce, el presidente de esa nación, lo enfrentó cara a cara y, pocas horas después, nombró otra cúpula militar. Los tanques se fueron de la plaza y el golpe, parece desarticulado.
Más temprano, el presidente Arce había alertado sobre «movimientos irregulares» de algunas unidades militares y llamó a que se respete el orden constitucional. El jefe de Estado desplazó a Zuñiga -que había pedido detener a Evo Morales- y nombró una nueva cúpula militar. Los golpitas recularon y se retiraron de la plaza.
En un mensaje nacional difundido en directo, el presidente boliviano insistió en hacer un llamado a la democracia con apoyo de organizaciones sociales. “No podemos permitir que una vez más intentonas golpistas se lleven las vidas de bolivianos”, rechazó.
Arce pidió al pueblo que se movilizara contra el despliegue militar. “Saludamos a las organizaciones sociales y las invitamos cordialmente a que nuevamente muestren el camino de la democracia”, dijo.
Zuñiga dijo que el ejército, la fuerza aérea y la armada boliviana se encuentran acuarteladas en todo el país.
«Están los tres comandantes de las fuerzas, hemos venido a manifestar nuestra molestia», dijo Zuñiga. «El pueblo pide basta, basta de saqueo en nuestro país, (…) basta de destrozar a nuestro país».
A pesar de ello, Arce tomó juramento a nuevos jefes militares, reportó Reuters.
Zúñiga habló después en medio del despliegue de militares en la plaza Murillo, cuyos accesos fueron bloqueados, y denunció que “una élite se han adueñado del poder, del Estado”.
Dijo que las Fuerzas Armadas quieren reestructurar la democracia y pidió la libertad de todos los presos políticos, mencionando a la expresidenta interina Jeanine Áñez y a Luis Fernando Camacho, gobernador de la rica provincia de Santa Cruz, ambos en prisión.
«No puede ser que subalternos estén presos por haber acatado órdenes”, en relación con el juico y condenas contra jefes militares que participaron en la crisis política de 2019 que derivó en la renuncia del presidente Evo Morales (2006-2019).
“Queremos establecer la democracia”, recalcó el mando militar sobre el hartazgo de los uniformados ante las decisiones de la clase política. Están pendientes de aprobar por el Legislativo las listas de ascensos en el Ejército en medio de las pugnas entre los sectores del oficialismo.
El día anterior, el comandante Zúñiga dijo en una entrevista televisada que si el exmandatario Evo Morales mantenía sus intenciones de ser candidato de nuevo a la presidencia, podrían llegar a detenerlo.
Morales, que públicamente ha roto con Arce aunque ambos pertenecen al mismo movimiento socialista, anunció una movilización nacional de sus seguidores en un publicación separada en X y acusó a Zúñiga de instigar el golpe.
«Pido al pueblo con vocación democracia a defender la Patria de algunos grupos militares que actúan contra la democracia y el pueblo», dijo el exmandatario.
Partidarios de Arce se reunieron en la plaza y gritaban consignas a su favor como “Lucho, no estás solo” o “Fusil, metralla, el pueblo no se calla”. Los militares lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos.
La Central Obrera Boliviana (COB), el sindicato de trabajadores, declaró huelga general y llamó a “movilizaciones” a los trabajadores.
[Con información de AP y Reuters]