Margarita Quiroz
La autora es periodista, directora y fundadora de elDigital.com.do
Sarah Leonor Hernández Quiroz es mi hija, tiene 14 años de edad y la condición de autismo, el pasado martes 3 de diciembre, fue invitada por la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) para clausurar la ‘Exposición Sin Límites’, presentada por unos 70 niños, usuarios de sus diferentes centros, abierta al público desde mediados de noviembre en Galería 360 por la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad que se recuerda justo en esa fecha.
Sarah fue invitada para realizar un performance en la plaza comercial, que consistió en pintar un cuadro en vivo; durante su proceso creativo, su hermana, Romny Hernández Quiroz y, yo conversamos sobre su evolución, los retos asumidos como familia, de lo necesario y urgente de que República Dominicana se eduque sobre autismo, se cumpla la Ley de Atención, Inclusión y Protección para las Personas con Trastornos del Espectro Autista y, además, se entienda que estas personas no deben exigir derechos ni inclusión porque al nacer los adquieren.
Sarah tituló su obra «Mí mar inspirado» y la motivó con el argumento de que el mar la calma, no sólo por los movimientos de sus olas sino también por sus colores.
Para mí y Romny, Sarah, es el ventarrón y la calma dentro del hogar, ‘quien nos inspira, aterriza, motiva y reta’.
Durante el interesante y conmovedor conversatorio, su hermana confesó que cuando tenía 14 años – la edad de Sarah- no la entendía ni entendía el por qué de su conducta, pero ahora, ha entendido que no es ella que debe comprendernos sino nosotras a ella. Dice que lo que ha podido aprender como estudiante de término de Medicina la ha ayudado a ser más consciente de esta realidad y, por supuesto, tolerante y empática.
Los avances logrados con Sarah es producto de una alerta, diagnóstico e intervención temprana y, esa es la clave en toda persona con alguna condición o discapacidad, comenté durante el conversatorio.
Sin embargo, lo más significativo que se dijo esa tarde fue lo dicho por su protagonista: Sarah. La niña agradeció a todos los presentes y expresó un contundente «gracias por entenderme», que arrancó los aplausos de todos los presentes, entre estos don Celso Marranzini, presidente de la Junta Directiva Nacional de la ADR, quien al escucharla, asintió con la cabeza, en una genuina expresión de comprensión.
Don Celso es hijo de doña Mary Pérez viuda Marranzini, quien inspirada en sus propias vivencias fundó Rehabilitación. Celso, de entonces cuatro años, contrajo polio, un virus altamente contagioso que ataca el sistema nervioso, lo que puede deformar y paralizar piernas, torsos y provocar problemas respiratorios.
Hoy día, el también empresario y presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED, está al frente de este centro, importante para miles de familias dominicanas.