María Fals Fors
M.A Historiadora del Arte. Crítica de Arte
El pasado 30 de abril se inauguró la exposición Fusiones II en el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos de la Zona Colonial. Más de cuarenta artistas expusieron sus obras en las paredes de los dos salones principales del antiguo edificio que alberga a esta institución: Ambriorix Saldaña, Ángel Villalona, Abel Presinal, Clara Beltré, Nicolle de Blanco, Wilkins Terrero, Francis Antonio, Gompich, Pedro Cofresí, Leonardo Díaz, Iván Houllemont, Esteban Lachapelle, Jordan de la Cruz, Luis Galarza, Camotti, Wilkin Ortega, Ramón Brito, Richard Gutiérrez, Florentino Medina, Romy Acevedo, Bruno Ibelisse, Daisy Campusano, Jeison Pimentel, Esterling Vásquez, Idalia Almonte, Marilin Guillermo, Lisardo Santos, José Parra, Eddy Almonte, Wendy Núñez, Mego Gómez, Joseph Marmolejos, Luis Heredia, Diego Medina, Ysamar Peralta, Gerónimo Gómez, Leonidis Batista, Braudy Polanco, Solange Serra, Karin López, Laureano Santos, Jeison Ferrera y Ramón Calcaño. También formó parte de este grupo África Javier.
La misma contó con el apoyo del CODAP, de Proartesanía RD, Coco D’ Art, la Federación Dominicana de Artistas y Artesanos y organizaciones afines (FEDARTE) y la Asociación Nacional de Mujeres Artesanas, Diseñadoras y Artistas (ANAMADA). Al interesarnos por saber quiénes habían realizado su montaje, se nos dijo en el momento de la inauguración, que el mismo había estado a cargo de Wilkins Terrero, Jerónimo Gómez y otros colaboradores.
En la maestría de ceremonias estuvo Danilo Mc Cabe, gestor cultural, realizando las palabras de apertura Miguel Gómez, presidente del CODAP, la profesora Milán Suero, Wilkins Terrero, artista visual y María Fals, historiadora y crítica de arte.
Estuvieron presentes, entre otras personalidades, el maestro Feddy Javier, la artista visual Lily Ayala, Pedro Veras, artista
visual y profesor de la UASD y el joven artista Nércido Beltré, seleccionado para presentar una de sus obras en la 29 Bienal de Artes Visuales de Santo Domingo, República Dominicana.
Artistas de diferentes generaciones se dieron cita para exponer significativas obras de su repertorio que se movían en medio de esta Postmodernidad compleja, abarcando piezas de Abstracción Lírica trabajadas con los dedos y a través del chorreado, lienzos hiperrealistas que iban desde la mera copia del cuerpo humano hasta la crítica social, temas simbólicos enmarcados en lo semi figurativo, obras con toques del Futurismo italiano, cuadros costumbristas con trenes transportando cañas brillando al sol, todo amalgamado en la síntesis de lo diverso.
En la esencia del conjunto presentado, se sentía siempre la presencia de lo autóctono, de lo dominicano. Fue un momento de compartir ideas, donde cada uno de los presentes pudo abrirse a la visión estética de estos artistas.
Luego de un largo período de paralización de las exposiciones presenciales, se están comenzando a realizar muestras de gran envergadura como esta, donde convergen los egresados de la ENAV de nuevas generaciones, los graduados de la licenciatura en Artes Plásticas de la UASD, arquitectos reconocidos que se dedican con gran acierto al arte de pintar como lo hizo Roberto Matta en su momento, los artistas naif, los viejos robles de la plástica dominicana, las generaciones intermedias, representantes de la plástica de provincias del Cibao y del Suroeste, en una cita de antinomias u opuestos que se complementan para lograr el equilibro y el progreso de las artes visuales dominicanas.
Al momento de dirigirme a los asistentes a este encuentro de artistas visuales dominicanos, hice énfasis en la necesidad de que las personas nos unamos para lograr los buenos propósitos, de mantenernos optimistas en estos momentos tan difíciles para la humanidad, en la pertinencia de la libertad creativa en el aspecto temático y formal, en la importancia de buscar la excelencia de la labor artística y en el papel significativo que debe tener el crítico de arte en estos momentos: el de promotor, el de consejero, el de mediador bien intencionado y veraz entre artistas y público interpretante.
De esta manera, uniendo voluntades como sucedió en esta muestra, a través de una labor mancomunada y sabia entre todos los involucrados en la labor artística y la gestión cultural, seguirán encaminándose los destinos de las artes visuales en República Dominicana por rutas de mayor crecimiento en todos los órdenes, proyectando el bien hacer ético y estético, más allá de nuestras fronteras.