Yanira Fondeur, presidenta de la entidad, también expuso un cuadro dramático por los huérfanos a causa de violencia machista y pide revisión de las políticas públicas. Anuncia Desayuno por la Paz
La presidenta de la Fundación Vida sin Violencia, Yanira Fondeur, advirtió que en los primeros diez meses de este año se registran 57 feminicidios de parejas o ex parejas, apenas 4 menos que los del 2022, por lo que considera necesario una revisión de las políticas públicas.
De las 57 víctimas registradas, 44 son menores de 35 años, jóvenes, que han dejado 47 huérfanos al día de hoy, a pesar del subregistro existente. Otros casos que citó son los intentos de homicidios a mujeres y otras agresiones que no figuran en estadísticas.
Al participar en el Programa El Demócrata TV, que dirige Francisco Tavárez, por Teleradio América, canal 12, la promotora de la cultura de paz exhortó a los legisladores a aprobar el ante proyecto de ley integral de prevención, atención, sanción y reparación a las víctimas de violencia.
Los feminicidios han tenido lugar en el contexto aparentemente seguro de los hogares, con 52 casos de parejas o exparejas registrados en este entorno, mostrando la vulnerabilidad de las jóvenes en estas situaciones.
De los feminicidios, 38 fueron perpetrados con armas de fuego y 18 con armas blancas. De los casos, 14 agresores se suicidaron.
Estas cifras son un llamado urgente a la acción para abordar la violencia de género y garantizar la seguridad de las mujeres en el país.
Manifestó preocupación porque se sigue asesinando y agrediendo a mujeres en el momento en que deciden dejar una relación tóxica, que muchas veces, han soportado por años con violencia verbal, física, económica y sexual.
“La problemática de la violencia intrafamiliar es un tema muy complejo, que atenta contra los derechos humanos, y lamentablemente nuestro país sigue estando dentro de las cinco primeras naciones de Latinoamérica con mayor tasa de feminicidios”, reveló.
Reconoció los esfuerzos y compromiso del Ministerio de la Mujer, y su titular, Mayra Jiménez, en favor de la ejecución de un plan estratégico de una vida libre de violencia, aumentando las líneas de auxilio y las Casas de Acogida.
Sustentó que se necesita mayor presupuesto para campañas educativas, y que se repliquen en el ámbito nacional centros como Atención a Sobrevivientes de Violencia e Intervención Conductual.
Dijo que es elevado el nivel de conflictividad de la sociedad, por lo que fomentar la cultura de paz debe ser un compromiso de todos los ciudadanos, ante el luto familiar y de la sociedad.
Fondeur consideró que si se quiere cambiar creencias, actitudes y comportamientos de tradición machista es necesario educar en valores desde la primera infancia, en igualdad de derechos y fomentar respeto, empatía y solidaridad.
Planteó la importancia de educar con amor, tras citar un estudio que revela que el 57 por ciento de los padres siguen utilizando el castigo físico como principal método de corrección disciplinaria para sus hijos.
Desayuno por la Paz
Con el propósito de recaudar fondos para las actividades preventivas, la Fundación sin Violencia, con 14 años de servicios, celebrará su VI Desayuno por la Paz, este jueves 19 de octubre, a las 8:00 de la mañana, en el Salón La Fiesta del Hotel Barceló (Lina).
En la actividad el predicador católico Salvador Gómez tendrá a cargo la conferencia “Claves para vivir en paz y armonía”. La institución se acompaña de profesionales de la salud mental para charlas, conferencias y talleres en las cotidianas jornadas preventivas.
Huérfanos de femicidios y violencia vicaria
La Fundación Vida sin Violencia se prepara para presentar un estudio sobre los huérfanos de los femicidios, basado en una muestra de los casos del 2022, para determinar la asistencia psicológica, económica y educativa que reciben.
Fondeur llamó la atención de que cada vez más los agresores recurren a la violencia vicarial, que es una forma de violencia de género en la cual el agresor utiliza a los hijos como táctica de manipulación emocional para controlar, intimidar o afectar a la pareja o expareja, con amenazas de hacerle daños.
Este tipo violencia tiene un impacto profundo en los niños, causando traumas emocionales y psicológicos duraderos.