María Fals
M.A. Crítica e Historiadora del Arte
Franklin García Reyes es un destacado artista dominicano de la contemporaneidad, miembro del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos. Es egresado de la Escuela Nacional de Artes Visuales y dio sus primeros pasos en las artes plásticas en el Taller de los hermanos Abraham, Ramón Y Pedro Pablo Méndez.
Se siente influenciado por la pintura de Plutarco Andújar, de Yoryi Morell, de la etapa Azul y Rosa de Picasso, y admira la obra y trayectoria del peruano dominicano John Padovani. Sin embargo, tiene un arte muy original y maduro, basado en el uso marcado del color y de líneas de cierre fuertes.
Ha participado en varias exposiciones colectivas como “Mis discípulos, 13 años después”, presentada entre diciembre del 2002 y enero del 2003 en el taller de Pedro Pablo Méndez, la muestra internacional “We Are Solely on the side of Peace”, realizada entre diciembre y enero del 2017 y la recién concluida Resiliencia 19 que tuvo lugar en los salones de la Casa de la Artesanía durante el mes de agosto del 2021.
Entre sus exposiciones individuales destaca” Costumbrismo Cubista en Centroamérica y el Caribe” celebrada en junio de 2018.
Artista preocupado por desarrollar un arte que se vincule a una transformación positiva de la sociedad, elevando el gusto del público en general, considera que la Pandemia nos ha transformado a todos y que para salir airoso de esta etapa le ha ayudado mucho el ser artista, lo que le ha permitido reflexionar y experimentar.
La pintura de Franklin García es muy variada en cuanto a temas y estilos. Se desarrolla básicamente dentro de un cubismo sintético, en el que en vez de acudir a los tonos neutros, recupera el color en lo que él denomina su “Cubismo costumbrista”. Una obra representativa de esta línea de su trabajo es “Mi Ángel Guardián” del año 2002, donde une lo espiritual con el tema de la maternidad, manejando volúmenes figurados, tonalidades, sombras y luces de una interesante manera.
También son parte de esta variante obras más recientes como “Ternura 1” y “Maternidad”, donde la suavidad del óvalo que es signo de lo femenino y del nacimiento, se equilibra con los pliegues del ropaje y con las sonrisas que evocan el amor.
Las manos de sus personajes, regordetas, tiernas, con un cierto aire renacentista, se tienden hacia nosotros en un lazo de amor. Un lienzo de su producción artística que ejemplifica lo anterior es “Paz en el mundo”. En él la mano de un niño toma el dedo meñique de una mano adulta, la que en su dorso posee una marca con la que se evoca la Crucifixión, la Piedad y la Paz que Jesús nos legó.
En otros momentos profundiza en el uso de líneas diagonales, rompiendo la suavidad de las curvas en una explosión radial que rememora a los relámpagos, va en busca así de la ruptura, de lo enérgico e intenso. Es el caso de “Musa Tridimensional” y de “Copa de la Vida “, presentadas en su individual del CODAP en el 2018. En estas obras se perciben cuestionamientos, agitación y nuevas búsquedas.
Por momentos el artista abandona lo geométrico, derivando hacia formas más académicas y realistas, sobre todo cuando toca el tema puramente religioso, como sucede con “La virgen milagrosa”, donde los colores se llenan de matices más delicados que nos recuerdan el arte de Murillo o “Resurrección” donde la fe que todo lo puede lleva al Cristo a mover la piedra que lo tenía preso dentro de la tumba para así renacer y triunfar.
Franklin García Reyes es también un gran retratista, que conjuga la habilidad formal con la captación del gesto cotidiano y de la psicología de las personas que representa. Es el caso del homenaje a la vida y a la obra de William Amado Pouriet, presentado en la recién concluida “Resiliencia 19”, donde capta en un díptico el perfil de su rostro, profundizando en su mirada que se dirige al infinito.
El camino de Franklin García Reyes aún es joven, sabemos que seguirá aportando mucho más a la cultura artística de nuestro país y el mundo a través de su talento, su disciplina, su creatividad y trabajo cotidianos. El sendero se abre, seguimos adelante, como siempre, rumbo a la esperanza.