Margarita Quiroz
Desde su primera aparición como Papa, en el balcón del Vaticano, su imagen proyectó inmediatamente su forma de pensar y cómo sería su papado. Simplemente, predicó con el ejemplo hasta su final: pidió ser sepultado en la tierra y una tumba con la única inscripción: Franciscus.
«Nunca fuerces a nadie a elegirte, si alguien cree que puede encontrar algo mejor en otro lugar, déjalo ir, no retenga a quien no quiera quedarse. La vida es demasiada corta para insistir en quien no está seguro, Dios nos creó para vivir en libertad», esta es una de las tantas frases pronunciadas por el papa Francisco, considerado como el ‘más cercano’ y quien luchó contra las desigualdades de este mundo.
Fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013, en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave y es el segundo papa en morir en el cargo en lo que va de siglo XXI, después de Juan Pablo II, en 2005.
Nunca quiso ser Papa, no por temor, sino porque consideraba que el líder de la Iglesia Católica debía ser un político. Cuando era cardenal muchos de sus iguales les debatieron, diciendo: ‘Muchas veces el que no quiere ser líder es el mejor líder’.
Sin desearlo lo convirtieron en Papa, y su legado está ahí, se comenzó a escribir a partir de su muerte el pasado lunes 21 de abril de 2025.
Dirigió sus 12 años al frente del Vaticano con plena humildad, cualidad evidenciada el mismo día que salió a la ventana de su habitación en el Palacio Apostólico, con vista a la la Plaza de San Pedro.
Qué lo distinguió de los demás papas
Desde su primera aparición como Papa, en el balcón del Vaticano, su imagen proyectó su forma de pensar y cómo sería su papado. Simplemente, predicó con el ejemplo hasta el final.
Renunció al rojo, no usó la tradicional muceta, prenda que suma solemnidad a la figura del papa y por el contrario, llevó una sotana blanca, sin adornos, eligió zapatos negros de cordones, no los rojos, reservados para los papas.
Tampoco llevó el anillo de oro macizo usado por sus antecesores, Francisco optó por uno bien sencillo, ‘del pescador’ en plata , también llevó la misma cruz de plata que tenía cuando fue nombrado obispo en 1992, en sustitución de la suntuosa cruz de oro con piedras preciosas con esmeraldas.
En fin… sin decir una sola palabra, habló y con contundencia. Como papa Francisco procuró una imagen construida desde la austeridad, prolija, sin adornos ni parafernalias, tal como vivía en su natal Argentina, cuando era sacerdote, obispo y luego cardenal.
Jorge Mario Bergoglio, nombre secular, actuó toda su vida predicando con el ejemplo, y dispuso un funeral de igual forma, a través de un escueto testamento de siete párrafos.
«Pido que se prepare mi tumba en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la Basílica de Santa María la Mayor. La tumba debe estar en la tierra; sencilla, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus», dispuso el papa a través de un documento redactado el 29 de junio de 2022.
El féretro del papa fue cerrado la tarde de este viernes, y su funeral se celebrará hoy sábado, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, para luego ser trasladado a su lugar de descanso final en la basílica de Santa María La Mayor, conforme a su testamento.
El testamento del Papa Francisco
En el Nombre de la Santísima Trinidad. Amén.
Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrena, y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria sólo en cuanto al lugar de mi sepultura.
Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por tanto, pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.
Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados.
Pido que se prepare mi sepulcro en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se indica en el anexo adjunto.
El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus.
Los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto, que será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual he encargado las oportunas instrucciones al Arzobispo Rolandas Makrickas, Comisario Extraordinario del Capítulo Liberiano.
Que el Señor dé una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos.
Santa Marta, 29 junio 2022
FRANCISCO