Emely Tueni
MADRID, España.-
Todas las familias del mundo pasan por períodos difíciles, algunos con matices trágicos, pero cuando las fatalidades mortales se repiten en una misma parentela, la gente especula, comenta que tantas desgracias son: “castigos divinos”.
La familia Kennedy, de la que desciende uno de los presidentes más querido en la história de los Estados Unidos, John F. Kennedy, es una de ellas. Llama la atención que doce miembros de esa estirpe perdieron la vida trágicamente. Las habladurías de la época señalaban al jefe del clan, Joseph Kennedy, quien no era trigo limpio.
Cierto o no, la verdad es que los Kennedy cargan con una lista larga de infortunios, a la que acaba de ingresar una nieta de Robert Kennedy, de 22 años de edad, Saoirse Kennedy, fallecida por una sobredosis.
“La maldición” de esta célebre familia se inicia en la II Guerra Mundial, cuando el hijo mayor de Joseph Kennedy, a quien él preparaba para la presidencia de los Estados Unidos, murió al ser bombardeado el avión que pilotaba. Cuatro años después, su hermana Kathleen fallecía en un accidente de avión en el que viajaba a Francia.
Al morir el primogénito, y su segunda hija, Joseph Kennedy fijo su sueño presidencial en John Fitzgerald, un joven encantador, inteligente y culto, quien se convirtió en el presidente de los Estados Unidos de América, ganándose -él y su esposa Jackeline- el corazón de la mayoría de los estadounidenses.
Estando en la cima de su popularidad, el carismático presidente viajó a Dallas, Texas, donde fue asesinado y el mundo entero le lloró.
La carrera por alcanzar la presidencia de los Estados Unidos continúo con el tercer hermano, Robert, quien se postuló como candidato, perfilándose como seguro ganador, pero, al igual que JFK, fue asesinado.
El cuarto hijo, Edward, el más preparado, inteligente y atractivo de los hermanos, tomó el relevo cuando su secretaria, con quien se dijo que mantenía un idilio, murió ahogada, luego de que el vehículo que él conducía cayera en un lago.
La tercera hija del clan, Rosemary, fue -por orden de su padre- sometida a una lobotomía que la dejó en estado vegetal. Las tragedias continuaron con varios hijos, nueras, y la nieta de Robert.
El hijo del presidente JFK, John, su esposa y cuñada, perecieron al precipitarse la avioneta que piloteaba al mar. ¡Una historia fatídica!