En República Dominicana el 9.7% de la población tiene 60 años o más, lo que equivale a casi un millón de personas.
El experto en políticas públicas Pablo Ulloa sugirió al gobierno la creación del Sistema Único de Atención a la Dependencia para Adultos Mayores, instancia que consideró fundamental para proteger la calidad de vida de este segmento de la población.
Esa estructura, agregó, debe contemplar e integrar los siguientes aspectos: Servicios en residencias a largo plazo, servicios en el domicilio, servicios en centros de día, servicio de teleasistencia y servicios para cuidadores.
Entiende que existen dentro del Estado dominicano instituciones y planes sobre la materia, pero que tienen que evolucionar al citado sistema “La crisis creada por el COVIDD-19, el envejecimiento poblacional y la transición epidemiológica en los próximos años duplicará la demanda actual de servicios de atención a la dependencia de adultos mayores”, advirtió Ulloa.
Hay un gran número de adultos mayores, añadió, que no pueden llevar a cabo de manera independiente al menos una actividad básica de la vida diaria, como bañarse, comer, o acostarse y levantarse de la cama.
Población en RD. Ullloa recordó que en República Dominicana el 9.7% de la población tiene 60 años o más, lo que equivale a casi un millón de personas. De esa cantidad se estima que los adultos mayores con más de 80 años constituyen el 14,5%.
“Es lo que se conoce como dependencia funcional, que afecta al 12% de las personas de 60 años o más de nuestro país, y a casi el 27% de los dominicanos que tienen 80 años o más”,
Los adultos mayores son una población especial que debe de ser atendida por sus características y necesidades.
Género y beneficio. La atención a la dependencia es un tema de género, pues la necesidad de servicios es más alta en las mujeres que en los hombres.
Entre los beneficios de la creación de los servicios que propone, mencionó que libera tiempo de las cuidadoras familiares y genera
oportunidades de empleo formal que benefician principalmente a las mujeres.
Además, que los servicios de atención a la dependencia pueden reducir los gastos sanitarios, disminuyendo el uso de servicios hospitalarios y de urgencia.
También existe un importante descenso de la oferta informal de estos servicios, tradicionalmente desempeñados por las mujeres de las familias, debido a la reducción del tamaño de los hogares y a la creciente
participación laboral de las mujeres.
“Estos escenarios obligan a la sociedad y al gobierno a prepararse para apoyar a las personas con dependencia y sus cuidadores y, al hacerlo, avanzar en la agenda de género”, precisó.