Se identificó, además, que los participantes con nivel de educación superior tienen menos distorsiones y riesgo de revictimizar a las mujeres
El Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM) presentó los resultados del estudio «Creencias erróneas acerca de la violencia”.
El estudio se realizó con el objetivo de contribuir a la reducción de la violencia de género e intrafamiliar, a partir de la comprensión de su complejidad, las creencias que la fomentan y perpetúan, desde la perspectiva del hombre y su masculinidad, así como señalar acciones para evitar su extensión.
La doctora Soraya Lara, presidenta del PACAM, subrayó la relevancia de las capacitaciones como instrumento de cambio. Asimismo, destacó la importancia de que se sigan realizando investigaciones, por lo cual agradeció el respaldo otorgado por el Ministerio de la Mujer y el Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro a través del proyecto «Capacitando en igualdad y la prevención de la violencia de género e intrafamiliar».
«Estos hallazgos son alentadores», dijo la presidenta del PACAM. «Demuestran que las capacitaciones pueden ayudar a cambiar las actitudes y las creencias sobre la mujer y la violencia de género», enfatizó.
Principales hallazgos
Entre los principales hallazgos del estudio se encuentra el hecho de que, tras recibir capacitaciones psicoeducativas, 7 de cada 10 participantes disminuyeron la cantidad de distorsiones o pensamientos erróneos en torno a la violencia de género y las mujeres en estado de vulnerabilidad.
Se identificó, además, que los participantes con nivel de educación superior tienen menos distorsiones y riesgo de revictimizar a las mujeres, lo cual evidencia una preocupación de las universidades y profesionales por la protección de las mujeres en situación de riesgo.
Las creencias erróneas que más disminuyeron son aquellas que aducen que «las personas que ejercen violencia tienen graves problemas psicológicos y a menudo no saben lo que hacen» y que «una mujer que permanece conviviendo con un hombre violento debe tener un serio problema psicológico», experimentando un descenso en
promedio del 30%, tras ser capacitados los participantes en el estudio.
Le sigue, con una bajada del 26%, la distorsión de que «si las mujeres realmente quisieran, sabrían cómo prevenir nuevos episodios de violencia».
En tanto, la distorsión más resistente, solo disminuyó un 11.5%, es la idea de que «para muchas mujeres, el maltrato por parte de sus parejas es una muestra de su preocupación por ellas».
Luego de esta, solo descendiendo un 17%, se encuentra la concepción errónea de que «si la mayoría de las mujeres no llaman a la Policía Nacional cuando están siendo maltratadas es una prueba que quieren proteger a sus parejas».
Metodología del levantamiento
Para llevar a cabo el estudio se realizaron capacitaciones en las que participaron mujeres y hombres, así como profesionales del área de la salud y el derecho.
En estas jornadas, antes de iniciar las sesiones educativas, cada participante recibió una evaluación o pretest para identificar los sesgos sobre la mujer y el uso de la violencia hacia ella. Al término del programa fueron evaluados nuevamente.
Las capacitaciones fueron realizadas en 2022 e impactaron a 1,664 personas y se ejecutaron en 1,580 horas. Un total de 424 pruebas fueron consideradas hábiles para el estudio.