Petra Saviñón Ferreras
Con su varita mágica, el Gobierno logró desactivar la noche antes la huelga de la Federación Nacional de Transporte Dominicano (Fenatrado).
La repentina reunión del lunes, surtió el efecto de un bálsamo relajante para los desafiantes transportistas.
Concluido ese diálogo, nadie soltó prenda. Las autoridades y el sector que amenazó con una paralización de tres días guardaron
silencio sobre lo conversado y dejaron que las especulaciones reinaran. Solo avisaron que el jueves volverían a verse las caras.
Así fue, en cuatro días los representantes del Estado y de los transportistas de carga lucían sonrientes y confiados en la mesa de las negociaciones. Esta vez sí hubo detalles de lo tratado.
Entre lo convenido está que el Gobierno gestionará que los miembros de Fenatrado cobren entre octubre y noviembre los RD$ 600 millones que
les adeudan contratistas a los que sirven, revisar el precio de los peajes y analizar la Ley de Hidrocarburos.
Ambos sectores han manifestado su interés de arribar a buen puerto y por ahora no habrá paro de ese gremio. Incluso cedió la Confederación
Nacional de Transporte (Conatra) que en apoyo a Fenatrado haría una protesta de 12 horas desde que esa entidad acabara la suya.
No obstante, con los otros, como la Federación nacional de Transporte la Nueva Opción (Fentrano) no hubo negociación y tal y como anunció el
martes, paralizó una parte del sur y aunque no lo avisó, ese día también dejó sin servicio al Gran Santo Domingo por dos horas.
Aunque los choferes arguyen que su interés es la revisión de la ley de Hidrocarburos y no subir el precio del pasaje, lo cierto es que ya lo
hicieron y en el casco urbano cuesta cinco pesos más.
El pueblo no puede vivir a merced de los pactos entre el Poder Ejecutivo y los choferes que lo presionan. El Gobierno tiene la
obligación de ofrecer los combustibles a precio razonable, justo, porque es lo correcto.
No debe por temor a los gremios de transportistas ampliar los beneficios que les otorga. No es asunto de privilegios sino de
equidad, de alcanzar a toda la población con medidas acertadas.