Narciso Isa Conde
Horas después de anunciada la muerte del jefe militar de los verdugos del 1965 y de los “doce años” -horripilante antítesis de los militares que encendieron la hermosa chispa de la Revolución de Abril – ha fallecido María Paula (Chichita), la compañera de Francisco Alberto Caamaño, líder de esa gesta nacional inconclusa, la más relevante del Siglo XX.
Una partida sensible, acompañada de fuertes cargas emotivas contradictorias.
Chichita partió con la dignidad y el decoro que nunca han sido atributos de los muertos, que como el esbirro recién fallecido, no rebasa el título que le otorgara Benedetti a Pinochet: ¡muerto de mierda!
Se nos fue María Paula, la esposa del heroico coronel de abril, la madre amorosa de Francis, Orlando y Paola, que durante más de medio siglo hizo honor a la causa de la soberanía mancillada y la revolución anhelada, siempre leal a su memoria e ideales.
La recordaremos siempre.
De ella recibimos solidaridad y cariño en todos los momentos difíciles. Sus oportunas iniciativas y sinceros respaldos.
Con ella compartimos los merecidos homenajes y la defensa persistente de la validez y trascendencia de la lucha por la Constitución de 1963 y la Guerra Patria contra el yanqui invasor y sus lacayos criollos, que todavía yugulan nuestra soberanía.
El Movimiento Caamañista (MC) se une al reconocimiento nacional que ella merece y acompaña a su familia en el dolor de su partida.