Treinta y cuatro proyectos de emprendimiento social que fueron seleccionados por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) para la fase de incubación, están casi listos para pasar a la ronda de inversión y conseguir el capital que necesitan para arrancar con el negocio.
La etapa de incubación inició a mediados de marzo, luego de evaluar alrededor de cincuenta iniciativas presentadas durante el desarrollo de Hueco Caribe, un programa que lleva a cabo el MICM y la ONG Cives Mundi, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Los emprendimientos sociales que pasarán a la ronda de inversión fueron ideados por emprendedores de las provincias de Santo Domingo, San Pedro de Macorís, La Romana, La Altagracia, Hato Mayor, Monte Plata y El Seibo, informó una nota de la Dirección de Comunicaciones del Ministerio.
Este sábado se realizó el último taller presencial y los participantes tendrán hasta el 15 de julio para entregar sus planes de negocios de manera digital; luego, la empresa que dirige la incubación, Jump Startup, dará soporte para que inversionistas se interesen en los proyectos e inviertan capital de trabajo.
Laura Ovalle, coordinadora de Emprendimiento social del MICM, señaló que se prevé que Hueco Caribe finalice en diciembre y su meta es activar el ecosistema de emprendimiento social en el país, así como dejar más de treinta proyectos listos para operar y noventa personas capacitadas para hablar del tema.
Agregó que el proyecto busca promover el derecho al trabajo de forma igualitaria entre hombres y mujeres, aumentar las fuentes de empleo en poblaciones vulnerables, tales como los jóvenes y las mujeres, y mejorar la generación de ingresos.
Mentor asegura ronda de inversión será buena
Fellito José, uno de los mentores del programa, dijo estar seguro de que inversionistas se interesarán en muchos de los emprendimientos que se mostrarán “porque son muy buenos y tienen gran potencial de ser sostenibles”.
En ese sentido, habló sobre algunas de las propuestas de negocios, entre esas una aplicación llamada MiAyuntamientoApp, la cual da solución al problema de comunicación que existe entre los ayuntamientos y los ciudadanos; además, la aplicación también se puede usar como herramienta para la administración de condominios.
Asimismo, mencionó proyectos de reciclaje de botellitas plásticas, cultivo de vegetales de forma sostenible, producción de abono orgánico y solución de agua potable a comunidades donde escasea.
Con relación a los retos que tuvieron que enfrentar durante la fase de incubación, señaló que para los participantes, todo el tema de emprendimiento es algo nuevo; “no nos educan para emprender; la mayoría pensaba que manejar un negocio era fácil y que solo se necesita dinero pero no es así, sin las habilidades y conocimientos necesarios, el dinero no sirve de nada”, enfatizó.
Otro reto fue la elaboración del plan financiero, por la debilidad que existe en sentido general de aplicar conceptos de matemática financiera, y los temas de innovación; “somos muy dados a que nos den todo y nos tiendan la mano; fue un choque darse cuenta de que aquí no se va a dar nada y de que tienen que sacar de abajo para lograr sus objetivos”.
Por último, atestigua que uno de los mayores logros del programa ha sido el cambio en la actitud de los participantes y en sus allegados más cercanos; “tienen mucha más conciencia y están comprometidos con sus objetivos; se ven a sí mismos como emprendedores sociales y saben que el dinero es un medio para provocar grandes cambios en su comunidad”, concluyó.