Está inspirada en la actriz Audrey Hepburn, y es conocida por su aspecto y comportamiento humano en comparación con variantes robóticas anteriores
Sophia cuenta con una cara hecha con una silicona especial patentada. Bajo ella, varios motores de muy pequeño tamaño mueven sus facciones para intentar expresar gestos humanos. Sus ojos son capaces de seguir la mirada de una persona gracias a reconocimiento facial, y puede responder a conversaciones más o menos avanzadas con humanos gracias a su Inteligencia Artificial. Arabia Saudí le otorgó la nacionalidad en 2017 durante una de sus conferencias.
Esta robot humanoide ha sido desarrollada por Hanson Robotics, empresa de ingeniería robótica con sede en Hong Kong fundada por el norteamericano David Hanson, quien se tituló en Bellas Artes e hizo un Doctorado en la Universidad de Texas sobre artes interactivas.
Desde la Universidad se interesó por la creación de esculturas hiperrealistas, y por la figuración humana de robots. Así, acabó trabajando para Disney en la creación de los animatronics que la compañía dispone por sus parques de atracciones: unas obras de arte en sí mismas por su extraordinario realismo.
La segunda mente tras Sophia sí que aporta ahora todo el componente científico. Ben Goertzel es el jefe científico de robótica de Hanson y quien ha configurado a la androide desde la parte de su software. Goertzel es uno de los cerebros de referencia en materia de IA. Además de su trabajo en Hanson, ha formado una startup que intenta implementar los beneficios del blockchain al aprendizaje automático, otra de predicción financiera, y también es presidente de la fundación OpenCog, el que pretende ser el referente en código abierto en materia de inteligencia artificial, y en el que se basa en gran parte Sophia.
Sophia tiene un software de inteligencia artificial que le permite mantener un contacto visual con personas, de las cuales puede retener información e, incluso, reconocer sus caras, además de poder calcar la personalidad humana: puede mantener una conversación, explicar chistes…
Cómo funciona Sophia
Según contó el propio Goertzel en una entrevista con The Verge, las capacidades de la androide para interactuar con humanos, almacenar y aprender de las conversaciones que tiene, y dirigir la mirada y gesticular intentando ser expresiva se basa en tres componentes: un sistema de dicción de textos en directo inteligente para incluir variaciones sobre la marcha, un sistema de chat sofisticado, y la tecnología de OpenCog.