Margarita Quiroz
La población dominicana se la lució, demostró un civismo y respeto ejemplar por el proceso electoral y la democracia que respiramos, por lo que, sin necesidad de ir a elecciones, definitivamente, la podemos elegir como la gran ganadora.
Las elecciones presidenciales y congresuales celebradas en el país, ayer domingo, transcurrieron como nunca antes en su historia democrática, escasos incidentes y cero ‘pataleos’.
La población dominicana se la lució, demostró un civismo y respeto ejemplar por el proceso electoral y la democracia que respiramos, por lo que, sin necesidad de ir a elecciones, definitivamente, la podemos elegir como la gran ganadora.
La oposición por igual, minutos antes de que la Junta Central Electoral (JCE) emitiera el primer y determinante boletín, aceptó públicamente el triunfo del reelecto presidente Luis Abinader, posiblemente, estaba enterada de los resultados, (recordemos que los partidos mayoritarios tienen centro de çómputo). Pero el gesto es loable y nos suma como nación.
El primer candidato de oposición en reconocer el triunfo del presidente Abinader fue Abel Martínez, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), luego, le siguió Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo (FP). Ambos llamaron al presidente y lo felicitaron.
Por demás, los dominicanos nos enteramos de forma preliminar del triunfo presidencial y de legisladores, pasando apenas minutos de las 8:30 de la noche, hora prevista por la JCE para anunciar los resultados del primer conteo, por lo que el desempeño demostrado por el órgano electoral también lo convierte en ganador.
Todos sabemos que el presidente Abinader ganó y en primera vuelta. Con el 99.83 % de los colegios computados se afianza con un 57.46 % de los votos, tendrá, además, mayoría en el Congreso, un punto no muy favorable para el respiro democrático. Con el apoyo de la coalición de 20 partidos logró lo que el PRD, organización política del cual se desprende el PRM, nunca pudo: ganar una reelección.
Este es el escenario, el presidente retiene el poder, pero en política perdiendo se gana, Este proceso, que recién finaliza, nos mueve a analiza el triunfo también de otra manera.
Leonel Fernández perdió la presidencia, a la que aspiraba por cuarta vez, luego de 12 años de su último mandato, sin embargo, pasó a ocupar la segunda fuerza política del país, por lo que si se decide de nuevo, en el 2028, y las condiciones de salud se lo permiten, el escenario para él podría ser más favorables.
Recordemos que para las elecciones del 2020, cuando Abinader ganó por primera vez, Leonel sólo alcanzó un 5% de los votos, en tanto, cuatro años después logra un 28.84 %. Además, su partido gana la codiciada plaza de la senaduría del Distrito Nacional y otras posiciones legislativas que faltan por definirse.
El PLD, como vemos, fue el gran perdedor, de ser una fuerza de primer orden en el escenario político nacional es colocado en un lejano tercer lugar, con apenas un 11%. Las divisiones y los constantes ataques hacia exfuncionarios con casos pendientes con la Justicia, definitivamente, le pasaron facturas.
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD), a la cabeza con Miguel Vargas Maldonado, no logró alcanzar un 1%. En tanto, Esperanza Democrática, de Ramfis Trujillo, se levanta con un 1.33, lo que le permite, de acuerdo a la Ley Electoral, mantenerse como partido político.